Luis Pousa publica «Breviario del bus», una obra a caballo entre muy diversas formas de contar
29 sep 2013 . Actualizado a las 06:00 h.Periodista de profesión y de vocación (es jefe de Cultura de La Voz), matemático de formación y escritor por entusiasta exigencia del destino, Luís Pousa (Lugo, 1971), que estudió, entre otras muy literarias aulas, en las de la University College de Dublín, publica un nuevo libro. Se trata de Breviario del bus, una verdadera joya, a caballo entre muy diversas formas de contar, que edita Rey Lear y que prologa Enrique Vila-Matas. El libro se presentará el próximo jueves 3 de octubre (19.30 horas) con una firma de ejemplares en la librería Arenas de A Coruña.
-Este es un libro que dialoga con muchos otros... pero que no se parece a ninguno.
-Es un libro híbrido, mestizo, heterodoxo, fragmentario... Ni yo mismo sabría en qué género encajarlo, porque reúne desde relatos en sentido estricto, como El ladrón de autobuses o Esto no es un libro, hasta microensayos (como El viaje hikikomori), comentarios sobre ciertas lecturas y breves apuntes a modo de dietario. Todo escrito a lomos del bus.
-Sigue siendo un «sin carné», por cierto.
-Soy un peatón convicto y confeso. Sigo sin carné de conducir (ni coche, claro) y de esa vocación, que sufren mis amigos y mi familia, de tanto viajar en el bus urbano, el tranvía y similares, fueron naciendo estos fragmentos a los que se asoman buena parte de mis monstruos literarios de cabecera: Cortázar, Cela, Whitman, Gómez de la Serna, Camba, Thoreau, Kafka, Perec, Calvino... y el gran Vila-Matas, que se subió a un tranvía de Barcelona para escribir un prólogo precioso, que, junto a las ilustraciones de Miguel Ángel Martín, es lo mejor del libro.
-Además del destino, que manda tanto, ¿qué lo mueve a escribir?
-Escribo porque leo. Escribir es la prolongación por otros métodos del vicio incurable de leer. Pero si tuviera que elegir entre los dos vicios, por supuesto, me quedaría con la lectura. Se puede vivir sin escribir, pero no sin leer. Y el bus es el mejor refugio para leer, sobre todo el fondo de esos grandes autobuses articulados, que tienen su toque de biblioteca ambulante.
-Galicia también está en estas nuevas páginas suyas.
-Galicia y sus escritores. Sale el Cela andarín de la Alcarria y recojo un texto muy bonito de Manuel Rivas, de Galicia Galicia, en el que explicaba que Otero Pedrayo y Cunqueiro escribieron lo que escribieron porque viajaban mucho en el legendario Castromil y, como no tenían que estar pendientes de si cruzaba una gallina o del ceda, podían centrarse en observar el paisaje de Galicia detrás de la ventanilla. Es curioso, porque algo parecido señala Martin Amis en su autobiografía, Experiencia, donde apunta que los poetas no deberían conducir jamás.
Luís pousa autor de «breviario del bus»