El Sergas cerrará este verano más de 900 camas

Elisa Álvarez González
E. Álvarez SANTIAGO

LUGO CIUDAD

Las áreas más afectadas son Lugo y Pontevedra, en donde se inmovilizan el 17 % del total

11 may 2013 . Actualizado a las 10:23 h.

La optimización al máximo de los recursos llega también al cierre de camas en los hospitales públicos del Sergas. Este verano, la consellería inhabilitará 932, el número más alto de los últimos años, lo que se corresponde casi con el 13 % del total. Esta cifra es una media quincenal de los meses de julio, agosto y septiembre. Es decir, en agosto probablemente se eleve, mientras que a principios de julio y a finales de septiembre tal vez descenderá.

La planificación de los recursos materiales se hace ya por áreas sanitarias y no por centros. En el 2012 solo Lugo escapaba a esta gestión integrada, pero en el 2013 todos los hospitales forman parte de este modelo de gestión. Por número absoluto de camas cerradas, el área de Santiago, que abarca el complejo hospitalario de la capital de Galicia y el de Barbanza, presenta la cifra más alta, 201. En base al porcentaje, las áreas más afectadas son las de Lugo -hospitales de Monforte, Burela y la capital lucense-, y los de Pontevedra -O Salnés y el complejo hospitalario pontevedrés-, con un 17 % de camas cerradas, 172 en Lugo y 119 en Pontevedra, respectivamente.

El cierre de camas en verano sigue una progresión ascendente. Solo en el 2009 se bajó respecto al año anterior, pero desde el 2007 cada vez son más los recursos que se inmovilizan temporalmente. Tanto, que este 2013 se cerrarán el doble de camas que en el 2009, cuando la cifra de quedó en 454. Desde entonces, siempre se ha ido en ascenso, con 588, 670, 787 y las 932 de este verano.

Las explicaciones

El Sergas señala que esta medida obedece a la racionalización de los recursos tanto físicos como humanos. Por un lado, en verano hay un índice de ocupación hospitalario menor por la reducción de algunas patologías -como las infecciones respiratorias-, por lo que se producen menos ingresos hospitalarios; y por otro, debe adecuarse el trabajo al personal disponible, y los meses de verano son los más demandados para las vacaciones reglamentarias. El Sergas aduce además que en algunas especialidades médicas no hay sustitutos, «polo que quedarían incompletos os equipos asistenciais necesarios para realizar determinadas funcións».

En caso de que por necesidades asistenciales sea necesario habilitar más camas, el Sergas asegura que podrá hacerse «en calquera intre». Además, en lugar de cerrar habitaciones o camas dispersas se reestructurarán las unidades de hospitalización, de manera que no habrá camas o habitaciones vacías distribuidas por hospitales, sino que se concentrarán los dispositivos para que los profesionales trabajen de un modo más cómodo y racional.

Razones peregrinas

A los sindicatos, los motivos de los responsables del Sergas para cerrar camas les parecen «auténticamente peregrinas». El secretario general del sindicato médico O?Mega, Manuel Rodríguez, asegura que Sanidade tiene razón cuando dice que en determinadas especialidades médicas no hay personal para hacer sustituciones. «El problema es que no se cubren las jubilaciones. Siempre habría médicos para cubrir plazas vacantes de forma estable, lo que sí es cierto es que para un mes no hay, porque más o menos los facultativos de atención especializada se buscan la vida. Cuando el Sergas quiere cubrir una vacante, siempre hay candidatos, otra cosa es una sustitución de un mes». Los perjudicados, señala, son los pacientes, ya que se atienden las urgencias, pero aumentan las listas de espera de la actividad ordinaria. En cuanto al trabajo de los médicos, se incrementa en estos servicios de urgencias pero no en las plantas, ya que hay menos personal pero menos camas.

Aumenta el paro de enfermeros

Quizás los médicos no noten de forma significativa la no cobertura de bajas y vacaciones, pero un colectivo como el de enfermería lo sufre desde hace años. El sindicato Satse realizó un informe que refleja que desde diciembre del 2009 a marzo del 2013 el paro de este colectivo en España subió un 462 %, pasando de 4.104 personas a 19.000. Dice Satse que la mortalidad aumenta por cada paciente más que se asigna a un enfermero, y asignar ocho puede tener una sobremortalidad de un 31 %.