Pasión por el tenis de mesa

Luis Manuel Rodríguez González
luis m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Santi M. Amil

Padre e hijo comparten afición deportiva en el Galmédica Ourense

08 abr 2012 . Actualizado a las 11:17 h.

Antonio Gómez González y Diego Gómez Gómez.

56 y 21 años.

El primero es secretario del Concello de Paderne y su descendiente es un aplicado estudiante de Veterinaria.

Antonio Gómez González (Xunqueira de Espadañedo, 1956) suma ya tres décadas como secretario del Concello de Paderne, pero en su tiempo de ocio, la válvula de escape perfecta es la de un deporte del que ya se enamoró cuando era colegial, el tenis de mesa.

«Como estudiante comencé a practicarlo y me gustaba mucho, después me desconecté de él durante muchos años y fue cuando comenzamos a veranear por el sur o por el mediterráneo que volvimos a jugar y la verdad es que casi siempre ganaba, así que decidimos buscar un sitio en Ourense para practicarlo», recuerda el propio Antonio, que ya por entonces había captado para la causa a su joven hijo, Diego Gómez Gómez (Ourense, 1991).

Son recuerdos que datan de casi ocho años atrás, cuando nació el actual Galmédica Ourense. Por entonces, Diego era prácticamente un crío: «Fue cuando conocimos a Ramón Becerra, entrenador del equipo, que todavía estaba en activo, nos fue enseñando golpes técnicos y eliminando aquellos vicios que adquirimos al ser autodidactas».

Su progenitor destaca el interés que le puso desde sus primeros contactos con la competición federada: «El tenis de mesa le gusta mucho, empezó con muchas ganas y, aunque es un buen estudiante, es un chico muy responsable que compagina bien el deporte y sus estudios». Diego incluso va más allá, al incidir en que el deporte de las raquetas pequeñas es para él: «Una gran oportunidad para hacer ejercicio y liberar mi mente, siempre deseo que llegue el momento de ir a entrenarme, me viene bien».

Antonio recuerda con orgullo como el club ourensano fue subiendo hasta la Segunda Nacional, a medida que se incorporaban nuevos efectivos, pero también da por buena la creación de la segunda escuadra, para mantener a aquellos deportistas más vocacionales en la órbita del club: «Volvimos a comenzar en la Tercera Gallega y ascendimos, algo que todavía intentamos repetir con otro ascenso a Primera. De momento somos segundos y ocupamos uno de esos puestos para mejorar categoría».

Aún así, como buen amante de su deporte, el mayor de los Gómez no elude que el tenis de mesa en Ourense está «un poco estancado, el club no tiene infraestructura para entrenar a jóvenes que se interesan por jugar, porque apenas dispone de una esquinita que le dejan en el Pazo». Dentro de sus posibilidades, el Galmédica organiza alguna exhibición para los escolares de la ciudad, pero hay un déficit importante tanto de monitores como de entrenadores.

Por eso el propio Diego no se marca objetivos, aunque como todo buen deportista, intenta progresar día a día. Durante la semana, se entrena tres o cuatro días con el Dez Portas, en Lugo, para reunirse con sus compañeros el viernes: «Llegaremos hasta donde podamos, lo importante es mejorar día a día».