Una concurrida vuelta al medievo despidió las fiestas

laura lópez LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El recinto histórico se vistió de época con artesanos y espectáculos para todos

13 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Con un viaje al pasado se puso ayer un punto y aparte a las fiestas del San Froilán, que se despiden hasta el próximo año. Las plazas de Armanyá y do Campo se vistieron para la ocasión con estandartes y puestos medievales. Durante todo el día, fueron cientos de personas las que se acercaron para disfrutar de los espectáculos programados y recorrer los puestos que se colocaron en el recinto histórico. No faltaron artesanos del cuero, tecelanas u orfebrería.

En cuanto a las actividades, tuvieron mucho éxito los espectáculos de cetrería, sobre todo entre los más pequeños, que se quedaron asombrados con las dimensiones de las aves y las habilidades de los cetreros, las actuaciones de trovadores, curanderos, teatro, danza y juegos tradicionales.

No podía faltar, para dar más realismo al mercado medieval, los famosos cantares de cego, a cargo de Mini, Mero y Mariña. La celebración de esta feria sirvió también para reivindicar el Camiño Primitivo. Personas ataviadas con la vestimenta de la época, a modo de templarios, cetreros, músicos y ciegos, recorrieron un tramo del camino con el historiador Adolfo de Abel Vilela.

La iglesia de San Francisco fue otro de los escenarios relevantes en la fiesta medieval. Por la mañana se celebró una misa en latín, con ornamentación de la época y cantada por el Orfeón Lucense, mientras que a la tarde hubo un concierto con un dueto ucraniano.

Buen ambiente y calles llenas

Aprovechando que ayer era festivo, Lugo se llenó de visitantes que no solo se acercaron hasta el mercado medieval. Tuvieron mucho éxito los espectáculos callejeros a cargo de mimos y otros actores que hicieron gala de su buena forma física, arte del equilibrio y también de su ingenio. Y todo ello mientras hacían frente a las altas temperaturas que hicieron aún más duro su trabajo.

En cuanto al ferial, estuvo rebosante de gente durante toda la jornada. Los puestos de venta y las barracas estuvieron a tope. Ramón Ferreiro también fue una zona muy concurrida, entre los numerosos puestos de los manteros y la gente que disfrutaba de un paseo por el San Froilán al tiempo que buscaba una sombra donde refugiarse del calor. Las fiestas se despiden con ambiente de verano, y muchos recordaban ayer lo atípico de esta edición y añoraban el frío y la lluvia, más propios de esta época del año.