En la declaración que posteriormente presentó en el juzgado dijo que, cuando ella abrió la puerta, vio a su ex portando las toallas mojadas y una jeringuilla. Relató que la golpeó en la cabeza con la toalla, que luego ella echó a correr y que él la agarró por el brazo y la golpeó. Debido al golpe, explicó que había perdido la conciencia.
En la instrucción consta el testimonio de tres testigos que declararon que el imputado, el día de los hechos, estuvo toda la tarde en Santiago. Primero, estuvo trabajando y, después, se fue a tomar algo con otras personas.