La imagen de hoy nos retrotrae a principios del siglo XX. La calidad de la fotografía habla por sí sola de que se trata de una imagen muy antigua, pero también el público congregado sobre la muralla y la expectativa de ver al retratista, un curioso personaje por entonces, nos sitúan en las primeras décadas de 1900. Varios niños miran en la calle al camarógrafo y un peatón baja por la puerta de la muralla, vestido con traje y casi seguro que con sombrero, por lo que se aprecia en la imagen. Junto a un espectador que está sobre el adarve en la parte derecha de la imagen se intuyen unos rudimentarios cables eléctricos, que entonces discurrían por el adarve sobre postes de madera. Estas señas del desarrollo, por suerte, han ido desaparecinedo. foto j. cancela