Ante este plazo tan largo cabía la posibilidad de presentar una reclamación, pero preguntada por los motivos por los que no la presentó, la joven asegura que cuando acudió a la ventanilla la cola era tan larga que supondría una espera de más de una hora. «Unha coñecida que traballa alí comentoume que era inútil que a presentara, que non ía valer para nada, que perdía o tempo, e marchei», explicó.
Antes de acudir al hospital de Santiago, Silvia ya había acudido a urgencias en Lugo, donde trabaja, porque tenía fiebre muy alta, dolor y sus ojos estaban muy amarillos. También tenía las piernas muy hinchadas. La solución que le dieron fueron unos calmantes, lo que le permitió viajar hasta Ordes. Pero al llegar notó de nuevo fuertes dolores, lo que la llevó a las urgencias del hospital de Santiago, donde permaneció dos días.