Vuelve la circulación a 26 kilómetros de la vía romana número XIX a su paso por Lugo, aunque no por su trazado real. Los servicios municipales de arqueología han habilitado un itinerario cultural sobre la calzada romana, que se inauguró ayer y que discurre en paralelo al trazado primitivo por dos motivos. En primer lugar, porque sólo se conservan 10 kilómetros originales de los noventa totales y porque la mayor parte de ellos están en fincas particulares e inaccesibles al turismo.
Más de cuarenta kilómetros de la vía XIX del Itinerario de Antonino, que unía Bracara Augusta (Braga) con Asturica Augusta (Astorga), discurrían por Lucus Augusti (Lugo). Por ese motivo, hace tres años comenzó a rehabilitarse la vía con el objetivo de revalorizarla y también de promocionarla como atracción turística. Así, durante estos tres años se ha trabajado en el tramo comprendido entre Lugo y Os Ancares, que ya se puede recorrer.
Uno de los arqueólogos municipales que ha participado en la intervención, Rubén Álvarez Asorey, explicó que la calzada «físicamente, no existe». La mayor parte se ha destruido o ha ido erosionándose con el tiempo puesto que los romanos construían sus carreteras en una plataforma elevada con resto del resto del terreno. Así, para conseguir identificar los distintos puntos ha sido imprescindible la colaboración de «los paisanos de las aldeas», dice el arqueólogo, que indicaban los sitios en los que creían que había algún resto.
De este modo, por ejemplo, se encontraron los tramos de O Corgo, que son los mejor conservados de Lugo. «Al estar en carballeiras de fincas particulares, nadie los ha tocado», explica Álvarez. Pero esto, que es una ventaja, también es un inconveniente porque tampoco pueden visitarse. Para poder limpiarlos y estudiarlos, los arqueólogos pidieron la autorización del propietario y, para conservarlos, Patrimonio emite órdenes de protección.
Señalización
Puesto que el recorrido real no se puede transitar, los arqueólogos han instalado en más de cien puntos del llamado Itinerario turístico cultural de la vía XIX, réplicas de granito de los miliarios romanos en los que se explica dónde se estaba el trazado original con respecto al punto en el que está el turista. Todo esto, en relación con otros elementos culturales y paisajísticos del entorno. En la capital lucense también hay varias placas de bronce mostrando el recorrido de la vía por el interior de la ciudad, que entraba por la porta Miñá y salía por la de San Pedro.
Además, los autores de la intervención han elaborado una guía turística con todos estos datos, que se repartirá gratuitamente desde finales de abril. Todo el proyecto se ha financiado con fondos europeos.