El fiscal pide casi 18 años de cárcel para los Dalton por pegarse entre sí

La Voz

LUGO CIUDAD

04 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Casi 18 años de cárcel es la pena que el fiscal solicitó ayer para los polémicos hermanos Dalton, Emilio y Bernardino Rivas García, que fueron juzgados esta vez por pegarse y lesionarse entre si. En sus declaraciones ante el titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Lugo ambos intentaron exculparse, amparándose en que son consumidores habituales de alcohol.

La acusación pública sostuvo que el 3 de marzo del año 2004, estando en el domicilio familiar, en San Xoán de Muro, los dos hermanos se agredieron con armas blancas (Emilio utilizó una navaja y Bernardino un cuchillo). Los dos acabaron con lesiones que precisaron asistencia facultativa.

El segundo episodio de violencia entre ambos ocurrió el 3 de junio del año 2004, en las proximidades del pub Trazos, en las cercanías de Pobra de San Xiao. En esta ocasión uno de ellos utilizó una botella de vino. Como consecuencia del ataque, Emilio tuvo una herida incisa de 15 centímetros de la que tardó en curar ocho días. Su hermano, por su parte, tuvo erosiones en una rodilla y también en una mano.

Pero, además, el fiscal, les atribuye otra reyerta, esta vez en el domicilio familiar, el 22 de octubre del mismo año. Durante la misma Emilio supuestamente arrojó un cazo y una jarra de cristal a Bernardino que resultó golpeado en la cabeza. Éste, en respuesta, cogió un cuchillo de 18 centímetros de hoja y pinchó a su oponente en un codo y en una pierna, causándole diversas heridas.

El fiscal atribuye a Bernardino Rivas cuatro delitos de lesiones, por los que le pide cuatro años y seis meses por cada uno de ellos. A Emilio le atribuye un delito de lesiones, por el que solicita tres años y nueve meses de cárcel y sendos delitos de lesiones y malos tratos en el ámbito familiar, por cada uno de los cuales pide ocho meses de prisión. A su vez, la acusación pública quiere que se establezca una prohibición de que ambos puedan acercarse a una distancia no inferior a 300 metros, durante un total de 26 años.

Problemas en la cabeza

Emilio comenzó diciendo que tenía problemas en la cabeza y que, por tanto, no se acordaba de nada. «Si mi hermano me hizo algo fue porque no tomó la medicación», dijo.

En cuanto al incidente ocurrido en las proximidades de un pub explicó que no había pasado nada. «Ni nos agarramos. ¿De dónde sacan eso?», preguntó al fiscal. «Tenía usted lesiones», le contestó éste. «Me caí yo porque me dan ataques epilépticos», puntualizó.

En la fase de instrucción Emilio sí se acordaba y declaró que su hermano le había puesto el cuchillo al cuello y advertíade que le perdonaba.

Bernardino Rivas García también recurrió a sus fallos de memoria para apuntar que no recordaba nada de lo que el fiscal explicaba en su escrito de acusación. «Mi hermano nunca me ha hecho nada. La culpa es toda mía porque cuando bebo, soy una persona distinta», explicó.

En cuanto a las heridas que presentaba tras alguno de los ataques manifestó que fue él mismo quien se las produjo, «porque mi hermano es incapaz de hacérmelas». Finalmente volvió a recordarle al juez que cuando toma la medicación y la mezcla con alcohol, «es una bomba».

Las defensas, en sus conclusiones, solicitaron que fuese tenida en cuenta en ambos casos la eximente completa de alcoholismo. Uno de los letrados manifestó que la solución para ambos no era la vía penal sino el tratamiento asistencial.

El fiscal, sin embargo, solicitó que se le impusiesen las penas que plantea por los delitos que imputa a ambos hermanos de Láncara.