De la admiración por un garaje a la necesidad de una figura de protección

La Voz

LUGO CIUDAD

02 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Que la arquitectura es práctica ya lo sabían los romanos, que construyeron puentes como el de Alcántara. Que los siglos XIX y XX representan el triunfo de nuevos materiales y la continuación de la utilidad del arte arquitectónico se sabe también sin demasiada dificultad: para descubrir lo primero está la torre Eiffel, donde la piedra brilla por su ausencia; para averiguar lo segundo está el puente que une Tui y Valença do Minho, diseñado en el estudio de Eiffel. Pero lejos del Sena y del Miño hay también huellas de esos rasgos. Caminando por la calle Galicia, Portela se para al llegar a la altura del Garaje Roma, donde admira el empleo del acero. Siguiendo por esta calle, el edificio de dos plantas que ocupa los números 53 y 55 destaca por el pasamanos exterior -con final curvo-, por los voladizos en varios planos o por la ocultación de los canalones. Aunque alterados por reformas, los tres edificios que ocupan los números 59,61 y 63 de esta calle ofrecen una cierta unidad en sus balcones. De todos modos, esta presencia de edificios no está completamente asegurada en un futuro. Portela explica que las normas subsidiarias por las que se rige actualmente el urbanismo del municipio carecen de un catálogo de edificios protegidos, algo que podrá conseguirse con el Plan Xeral de Ordenación Municipal. A punto ya de acabar el paseo, que tuvo lugar el pasado viernes, hay una pregunta que parece casi inevitable: ¿por qué se muestra más interés por la arquitectura medieval o barroca, sea civil o religiosa, que por la contemporánea? «A pedra asóciase a monumento», dice Portela, que rechaza esa asociación de ideas con un ejemplo: «O antigo Sanatorio Portela, en Lugo, non ten pedra, pero é mellor ca moitos edificios que a teñen», dice. El catálogo de edificios contemporáneos singulares de la capital chairega no se agota con los citados en este reportaje, aunque sí cabe decir que sin estar todos los que son sí son todos los que están.