El padre de Fidel tardó 17 años en reconocerlo oficialmente como hijo

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LÁNCARA

El de Láncara tuvo 12 hijos y acabó casándose con su segunda esposa cuando ya rozaba los 70 años

01 dic 2016 . Actualizado a las 23:16 h.

En diciembre de 1899 llegó a Cuba, por segunda vez, con la finalidad de asentarse en la isla para siempre, Ángel Castro Argiz, el padre de Fidel Castro. Había dejado San Pedro de Láncara, dicen algunas biografías, meses después de comprobar como la joven de la que se enamoró no había esperado a que regresase de la guerra cubana.

Ángel se casó dos veces. Con sus dos mujeres tuvo 12 hijos, cinco con la primera y siete con la segunda. El matrimonio con María Argota Reyes no fue una balsa de aceite. El segundo, con Lina Ruz González, no se produjo oficialmente hasta que el de Láncara tenía 68 años, pero la relación entre ambos ya venía de muchos años atrás. Según cuentan algunas biografías, parece que esa pareja funcionó a trancas y barrancas, pero porque ella «levouno ao rego», como se diría en gallego. Tanto uno como otro tenían fuerte carácter y, por lo visto, había veces que saltaban chispas.

Katiuska Blanco, la periodista de origen gallego que escribió la biografía autorizada de Ángel Castro, no pasa por alto esas desavenencias. «Ella (se refiere a Lina Ruz) a veces perdía los estribos, maldecía su estampa de gallo fino y sus ambivalencias. Molesta, le reprochaba sus tardanzas y preparaba venganzas pueriles cuando él regresaba tarde de andarse por ahí con amoríos pasajeros. Sin embargo, don Ángel siempre volvía a la suavidad de su regazo y a la firmeza de su carácter, lo que le resultaba imprescindible para vivir la vida, enamorado hasta el final», contó la escritora cubana.

El divorcio de su primera mujer fue largo y traumático. Además, tuvo desavenencias con Pedro Emilio, el hijo del primer matrimonio, parece que por cuestiones de dinero.

Fidel, Raúl y Ramón son hijos del segundo matrimonio. Argiz se casó oficialmente con Lina Ruz el 26 de abril de 1943 en el Registro Civil de Cueto. En ese momento, el que se convertiría en comandante, tenía 17 años; el actual presidente de la nación, 12 y Ramón, 19. Ángel esperó muchos años para reconocerlos oficialmente a todos, sin embargo ejerció en todo momento como padre que era, según cuentan las biografías autorizadas.

Su segunda esposa le reprochó en múltiples ocasiones los supuestos amoríos que tenía

Le tocó dos veces el gordo, pero finalmente acabó perdiendo su casa en un incendio

Las aportaciones de esta crónica corresponden a la biografía oficial de Ángel Castro. Hay versiones, que serán recogidas en otro reportaje, que presentan datos muy diferentes. En cualquier caso, parece que la vida cubana de este lancarés fue como una auténtica montaña rusa. Hubo momentos en los que le fue bien, especialmente cuando el precio del azúcar era alto y estuvo al borde de la ruina en varias ocasiones, hasta el extremo de que varios amigos tuvieron que hacerse cargo de sus tierras.

La biógrafa oficial cuenta que le tocó en dos ocasiones el gordo de la lotería. Sin embargo acabó perdiendo su casa de Birán como consecuencia de un incendio que él ocasionó de manera accidental. Birán está en el centro de la provincia cubana de Holguín. Allí Ángel llegó a controlar 11.000 hectáreas de terrenos y a producir cuatro millones de arrobas (una arroba son casi doce kilos) de caña.

«Don Ángel olvidó uno de sus tabacos en la mesita de noche, junto a una lámpara. El tapete bajo la campana de cristal fue lo primero en incendiarse con unas llamaradas intensas, extendidas en un segundo al entablado del piso y las paredes de las casas de pino. Pocos muebles pudieron salvarse de las llamas. Ardieron las cartas y las fotografías de la familia», cuenta la biografía oficial. Eso ocurría el 4 de septiembre de 1954. Dos años más tarde, Castro Argiz fallecía debido a las complicaciones de una hernia. Antes de su muerte, dice su biógrafa, confesó y comulgó. Por aquel entonces, alguno de sus hijos luchaban ya contra el gobierno que estaba instaurado oficialmente en su país.

Tuvo un tren particular para desplazarse por sus pertenencias

La imagen superior presenta uno de los vagones que tuvo Ángel Castro en Birán para hacer los desplazamientos de su familia, trabajadores y vecinos hasta Holguín. El tendido de líneas férreas para poder transportar la caña de azúcar a los distintos ingenios azucareros levantados en la isla caribeña dio trabajo a centenares de trabajadores durante muchos años. Una de las vías atravesaba sus propiedades, con dos puntos de pesaje. Estuvo operativa para la zafra de 1924.1925. Por ella circulaban los vagones de Ángel.

Abrió una fonda en la que se enamoró de su primera mujer, que fue a comprar bombones

Fue a comprar una caja de bombones y Ángel quedó prendado de ella. Era una joven esbelta y guapa llamada María Argota Reyes. El flechazo se produjo en El Progreso, nombre de la fonda taberna de lo que fue el primer negocio que el de Láncara abrió en Cuba. Castro Argiz inauguró este establecimiento en 1906 con un capital de 200 pesos. Tuvo buena vista porque para el negocio captó a quienes trabajaban en las plantaciones de plátanos.

Escribe Katiuska Blanco que Ángel pensaba que María sería su amor definitivo, pero algunas lenguas le auguraban poco éxito. Contrajo matrimonio con ella en la primavera de 1911 pero las desavenencias comenzaron pronto. Dice la biografía autorizada que María Argota tenía anhelos de vivir su vida en una ciudad y su esposo, en cambio, quería campo.

El de Láncara actuó como contratista de la United Fruit Company y llegó a tener a su mando 300 hombres que se encargaban de limpiar montes para prepararlos para la caña de azúcar y los platanales. En esa época fue cuando conoció a Lina, de 19 años, hija de una sirvienta de su hacienda. Él rebasaba los 45. Y otro flechazo. «Creció su pasión por ella. Anhelaba el cariño y los cuidados de una mujer como compañía para siempre», escribió su biógrafa. Por entonces Lina admiraba a Argiz, «hombre maduro con ímpetus juveniles».