El coronavirus daña el ambiente de verano en Guitiriz

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios GUITIRIZ / LA VOZ

GUITIRIZ

Clientes en un bar de Guitiriz el miércoles a mediodía
Clientes en un bar de Guitiriz el miércoles a mediodía Carlos Castro

Hosteleros de la localidad afirman que la animación es menor que otros años

31 ago 2020 . Actualizado a las 12:26 h.

El pasado miércoles, a primeras horas de la tarde, el ambiente en el entorno del campo de la feria de Guitiriz no indicaba que se celebraba el mercado semanal. Algunos puestos ya se desmontaban, y la falta de animación resultaba evidente. Si el número de coches y las dificultades para aparcar son señal de actividad turística y de regreso de emigrantes, este 2020 no es intenso en la localidad: los problemas para encontrar sitio donde estacionar, habituales en las mañanas de los miércoles y de los sábados, no se han notado este verano.

El ambiente de la hostelería parece haber sido menor. Menos gente y menos veraneantes, resume el hostelero Dositeo Santos, que encuentra un detalle para explicar la situación: la gente de la zona rural parece haber reducido hábitos como la entrada en bares en tanto que los veraneantes «dan algo de vida». Tras un verano algo débil, los próximos meses se presentan con una sensación de cierta inquietud: «Téñolle moito medo ao inverno. Non sei o que imos face pola semana», asegura.

La propagación del covid-19 ya dejó consecuencias concretas en Guitiriz en las primeras semanas, pues se suspendió el concurso de tapas, organizado por la asociación de hosteleros. Aunque a la directiva, que preside Santos, le gustaría terminarlo, por ahora resulta inviable la idea.

El hostelero Pedro Freire cree que la situación no es catastrófica, aunque sí de menos actividad que otros años. «Vimos duns anos nos que se facían veráns moi bos», explica. Andrés Fernández, por su parte, le pone cifras a la situación de este verano: «Entre un 45 % e un 50 % menos», calcula. Además de los datos, también expresa una impresión: hay actividad a la hora de servir comidas, mientras que el ambiente de los vinos ha decaído sin que se vean síntomas de recuperación.

Tapeo en un bar de Guitiriz el pasado miércoles
Tapeo en un bar de Guitiriz el pasado miércoles Carlos Castro

 Los guitiricenses que viven fuera, con buena parte de ellos emigrados al País Vasco, sí han cumplido con la costumbre de regresar al lugar de origen, según Fernández. De todos modos, agrega que este año se observa que hacen menos vida social. En cambio, algunas costumbres se mantienen: el sacerdote Óscar Santiago, encargado de la parroquia de San Xoán de Lagostelle, dice que en misa se nota la presencia de guitiricenses de vacaciones en su tierra natal. Incluso gentes que viven fuera del municipio han aprovechado el verano para celebrar el bautizo de sus hijos en esta parroquia guitiricense, afirma el sacerdote.

Mientras tanto, hay algunas costumbres que sí parecen resistir cualquier circunstancia. La torta de millo, conocido emblema de la repostería local, sigue vendiéndose igual que otros años por estas fechas, según explican en una de las pastelerías de la villa. Turistas y gentes de paso no dejan de comprarla: «A torta sempre funciona ben», dice una de las empleadas del establecimiento.

Menos gente en el área recreativa del pantano y tomando las aguas en Pardiñas

Uno de los parajes naturales de interés de Guitiriz es el área recreativa del embalse. También en este lugar se ha notado este verano menos animación que en otros, como dice Francisco Roca, presidente de los comuneros de Lagostelle. Ese terreno pertenece a la comunidad de montes, que en meses pasados realizó una serie de mejoras en la zona. En agosto ha habido cierta presencia de visitantes; pero la tendencia general es de disminución, afirma Roca. En esa reducción influye también, opina el presidente de la comunidad, la prohibición de hacer fuego para preparar comidas al aire libre.

También se ha notado menos actividad en el balneario de Pardiñas, como explica Fina Prieto, encargada de las instalaciones. «Cada anos, menos», dice. Gente que antes acudía por el verano atraída por la fuente de aguas mineromedicinales ha dejado de ir: «Non sei se é polo coronavirus ou por que é», comenta.

Imagen del balneario de Pardiñas el pasado miércoles
Imagen del balneario de Pardiñas el pasado miércoles Carlos Castro

 El descenso de usuarios que acuden a tomar las aguas ha ido acompañado de una reducción de las horas de funcionamiento: el balneario abre de nueve de la mañana a doce del mediodía de lunes a sábado, una hora menos de lo que era habitual hace años.