Cuando el agua está a unos kilómetros

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

GUITIRIZ

SUSO PENA

Vecinos de Guitiriz acuden a fuentes de la zona rural ante la turbidez que arrastra la red de abastecimiento

25 oct 2019 . Actualizado a las 18:23 h.

El agua bien merece un paseo, aunque haya que darlo en coche porque la distancia es de varios kilómetros. Si lo que se quiere es agua incolora, en Guitiriz se necesita últimamente un pequeño recorrido, el que va del casco urbano a fuentes que están en diversos lugares de la zona rural. La razón está en la turbidez que arrastra últimamente la traída municipal, con episodios que alcanzan más intensidad en algunos momentos pero que no terminan de desaparecer.

San Alberte —lugar conocido por su área recreativa—, Santa Mariña o el entorno del embalse de San Juan —en donde hay otra área recreativa— son lugares con fuentes adonde acuden vecinos de la localidad. El agua de la traída ha arrastrado periódicamente problemas en los últimos tiempos, y en este verano han reaparecido.

Una vez observada la situación, el gobierno local encargó una revisión que reveló buen funcionamiento de los filtros de la depuradora. Entonces, también se anunció que podrían pasar días hasta que la situación se normalizase, aunque los problemas continúan. Así, la imagen de vecinos acudiendo a algunas de las mencionadas fuentes se ha mantenido a causa de esos problemas.

En el casco urbano, cerca del barrio de O Curro Vello, está situada la fuente de san Blas. Sin embargo, ahora está tapiada, pese a que en los últimos tiempos se han colocado carteles indicadores. Por otro lado, la situación también motiva que algunas familias desistan de utilizar sus lavadoras en casa porque la turbiedad hace que la ropa blanca salga poco limpia tras pasar por la máquina.

Consumo responsable

Por otro lado, el Concello recomendó, a principios de este mes, un consumo responsable. Los problemas de turbidez que habían aparecido poco antes, el aumento de visitantes que suele darse en verano y la falta de lluvias eran los motivos esgrimidos como causa de esa decisión, que iba acompañada de la prohibición de regar huertas y jardines privados con agua de la traída.

Mientras tanto, hay vecinos que evitan el agua de la traída, no porque esté prohibida sino porque su aspecto resulta muy poco recomendable.