«Sois investigadores del corazón»

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo LUGO / LA VOZ

GUITIRIZ

ALBERTO LÓPEZ

Alumnos del colegio Lagostelle de Guitiriz escribieron un libro de cuentos para pacientes y familias

06 feb 2019 . Actualizado a las 17:27 h.

Son las diez y media de la mañana y en el hall del hospital Lucus Augusti palpita un ambiente diferente. Al trajín habitual se suma la llegada de 26 pequeños visitantes de mirada inocente y expectante. Son alumnos de cuarto de primaria (ocho años) del CEIP Plurilingüe Lagostelle de Guitiriz que se disponen a conocer el centro de un modo distinto para conmemorar el Día mundial contra el cáncer. ¿Por qué ellos? Pues porque son los orgullosos autores de una serie de cuentos que la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Lugo ha editado en un libro titulado Porque contas, cóntoche destinado a hacer un poco más llevaderas las horas de hospitalización y sala de espera a pacientes y familiares.

Todo surgió cuando su profesora, Lucía Lorenzo, buscó un motivo -más allá del escolar- para impulsarles a hacer escritura creativa. «Pensamos que era bo que fixeran contos que serviran para alguén», cuenta. Y ese alguén fueron los pacientes con cáncer y sus familias. Cuando la AECC supo de la iniciativa lo tuvo claro. La solidaridad y la imaginación de los niños se merecía estar recogida en un libro. Lo mismo que una aproximación al mundo hospitalario desde una visión más positiva.

Nada más franquear la puerta del Lucus Augusti, el puesto que la AECC ha montado en la entrada les espera con un panel con retos saludables en el que van escribiendo y pegando sus propios objetivos. «Comer más verdura», se lee en un par de ellos, «que meu pai deixe de fumar», se repite en unos cuantos.

Sus ojos lo abarcan todo, igual que sus mentes, que funcionan a toda velocidad cuando les preguntan qué es el cáncer. «Unha enfermidade moi grave», responden. Pero los miembros del HULA no quieren que se queden con esa idea. Van más allá. «La finalidad es que lo conozcan, que sepan que el servicio de salud tiene recursos para su curación y que se puede curar», desgrana Gloria Enríquez, la responsable del departamento de humanización, la voz sonriente que les explica que «aquí no tratamos enfermedades, tratamos personas».

Respeto, amor, cariño, lucha, ayuda, comprensión, valor y empatía. Esa es la receta que los alumnos aprenden a cocinar con mimo en el aula hospitalaria del HULA. Sin embargo, a los pequeños todavía les queda una parada más: el laboratorio de investigación, la avanzadilla de la lucha contra el cáncer. Se enfundan los guantes, manejan las pipetas, juguetean con los geles. Aprenden, se asombran y se divierten.

En los laboratorios y hospitales se desarrolla la batalla física, y en iniciativas como los cuentos de los alumnos del Lagostelle, la emocional. «Sois investigadores del corazón», les lanza emocionada Mari Luz Abella, presidenta de la AECC en Lugo, el colectivo responsable de poner verde sobre blanco el empujoncito anímico de los niños de Guitiriz.

La ayuda psicológica llegó a 127 pacientes lucenses el año pasado

La parte psicológica y emocional se ha convertido en un foco primordial en la atención a pacientes de cáncer y también a sus familias. Así lo percibieron ayer los niños del CEIP Lagostelle de Guitiriz en su visita al Lucus Augusti, donde una de las pequeñas tuvo claro que uno de los objetivos de su libro de cuentos es «axudar a curar a tristura».

«Lembrade que o cancro non é unha enfermidade contaxiosa. Se algún familiar a sofre, podedes darlle todos os abrazos e bicos que queirades», recordaba una de las supervisoras del HULA a los más pequeños, atentos a cada consejo en positivo que escuchaban.

El respaldo del entorno más próximo es fundamental, pero en muchos casos se necesita una ayuda extra. Tanto para pacientes como para familiares. El último informe del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer recoge que en Galicia 16.364 personas afectadas por la enfermedad necesitaron tratamiento psicológico especializado a lo largo del año pasado. En la provincia de Lugo la cifra se ciñe a 2.264, de los que 127 recibieron ayuda personalizada de la AECC. Pero ese número no es suficiente, alerta Mari Luz Abella, presidenta del colectivo, que considera clave que ese apoyo vaya más allá. Tener acceso a un tratamiento psicológico personalizado es vital.