Los nidos de velutina ya son un problema en los cascos urbanos

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

GUITIRIZ

En el centro de Guitiriz y de Parga se han retirado varios en este verano, y se teme que vayan a más

26 ago 2017 . Actualizado a las 19:47 h.

La lucha contra los nidos de velutina se ha convertido en una actividad habitual de equipos de emergencias. Ya no son solo zonas rurales o jardines los lugares donde han aparecido y se han retirado, ni tampoco son zonas de litoral o próximas a la costa los sitios donde se lucha contra ellos. En cascos urbanos del interior de la provincia aparecieron el año pasado, y ahora, con el verano en su apogeo, la situación va a más.

En una calle del centro de Guitiriz como la Avenida da Coruña, incluida en la travesía urbana de la N-VI, se han retirado en las últimas semanas unos seis nidos; en una calle cercana al campo de la feria, Rúa Río Forxá, se retiraron dos. En Parga, hace varios días, se retiró un nido que había aparecido en un próximo a la vía del tren y al campo de la feria.

Son meses de intenso trabajo, como explicaba ayer uno de los capataces del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Guitiriz, convencido de que las próximas semanas serán iguales en ese apartado. Los trabajos se llevan a cuando ya anocheció, porque en esos momentos, afirmó ese trabajador del GES, está dentro la reina y se evita que se pueda formar otro nido.

El material que se usa no es muy amplio. Primero se rocía el interior del nido con un insecticida, y pocos minutos después se retira con una espátula; luego, al regresar a la base del servicio, se destruyen. El GES acude a esos lugares con un camión, aunque hay cierto temor a que más adelante, de mantenerse la situación actual, los nidos aparezcan en lugares altos a los que la grúa no consiga acceder.

Los avisos se reciben con frecuencia; por lo general, varios en un día. No solo cascos urbanos como esos dos citados son lugares donde aparecen nidos de velutina, sino que en municipios cercanos como Begonte y Xermade también se retiran. Hace varios días, solo en una misma finca de la parroquia xermadina de Lousada se recogieron tres nidos: uno estaba en una ventana, y los otros dos, en construcciones cercanas. El trabajo es frecuente; pero el esfuerzo se da por bien empleado, ya que se admite que los nidos que ahora no se retiren seguirán aumentando de tamaño hasta acabar creando un problema por sus grandes dimensiones.

En una casa y en dos alpendres próximos de Xermade se recogieron tres