Parga, cantera de canteiros

GUITIRIZ

OSCAR CELA

El más joven, de 12 años, ganó un fin de semana para aprender el oficio

20 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los siete canteiros que participaron en el concurso de la Feira da Cantería, Callos e Artesanía de Parga, en Guitiriz, dispusieron de cuatro horas para tallar, a golpes de martillo y cincel, las piezas que evaluó posteriormente el jurado. El más joven de los concursantes, un viveirense de 12 años, Mateo Rubal, trabajó con ahínco mientras su padre, que es joyero, miraba atentamente la evolución de la labor artesanal de su hijo. Hizo una gigantesca magdalena, con mordisco incluido, de granito silvestre de grano fino, procedente de la cercana cantera de Ingemarga. Mateo, que no era la primera vez que concursaba, no consiguió el primer premio, pero le concedieron un accésit: un fin de semana de aprendizaje con Ramón Villar, canteiro de Guitiriz y maestro de cuantos quieren aprender el oficio.

Entre el resto de los concursantes había profesionales de la cantería y aficionados, -varios en paro por la crisis de la construcción- de Mos, Cangas do Morrazo, Monforte, Becerreá, Viveiro y Marín.

El jurado otorgó el primer premio a Jorge Díaz, de Marín, por una maternidad; el segundo, al jabalí de Marcos Escudero, de Mos, y el tercero, al busto de David Iglesias, también de Mos.

La jornada se completó con la presencia de una veintena de artesanos y con los callos. Varias cocineras elaboraron las 700 raciones de este típico plato, que pusieron a la venta y que, pese al intenso calor, tuvo una buena acogida. Los cinco euros del vale daban derecho a pan, bebida y una cazuela conmemorativa, llena, con más o menos carne, y a gusto del consumidor. Para prepararlos tuvieron que dejar a remojo 70 kilos de garbanzos.

Actividades. Jornada con un programa apretado

La feria abrió a las diez de la mañana. Cada uno de los canteiros ya tenía entonces en su puesto la piedra de granito con la que debía trabajar. La organización instaló más puestos que artesanos, en previsión de que se presentarán más de los que acudieron al final. Hay que tener en cuenta que en este certamen llegó a haber más de una veintena de artistas para tallar sus creaciones a la vista del público. Con el paso de los años y con la crisis se redujo la cifra de concursantes. Este año, el pregón, que pronunció el ceramista de O Corgo Manuel Fernández, cambió de ubicación para aproximarlo a la zona en la que estaban los puestos de venta de artesanía.