El «modelo Friol» bate su récord con 33 nacimientos el año pasado: «Necesitábamos espacio y tranquilidad y aquí lo encontramos»

La Voz LUGO

FRIOL

Nina es la madre de Ariel y Asia, dos niñas nacidas en Friol
Nina es la madre de Ariel y Asia, dos niñas nacidas en Friol Alberto López

El municipio lidera el crecimiento en la comarca solo por detrás de Outeiro de Rei

10 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Friol lleva años inmerso en una transformación encaminada a convertirse en una de las referencias sociales y urbanísticas del área metropolitana de Lugo. El aumento de los servicios y la mejora residencial del municipio ha hecho que los datos demográficos empiecen a reducir la curva de la despoblación. Y los datos del 2023 así lo prueban.

Según las cifras del Instituto Galego de Estatística (IGE), el año pasado nacieron 33 bebés en esta localidad. Esta cifra supone un récord absoluto en la última década, casi duplicando los datos de los años anteriores.

De esta forma, Friol supera en ritmo de crecimiento a otros concellos de la provincia que, tradicionalmente, presentaban cifras mayores, como son O Corgo, Rábade, Cervo, Taboada, Xove, Láncara, Begonte, Cospeito o Palas de Rei.

Se ha convertido en la segunda referencia residencial del entorno de Lugo, solamente por detrás de Outeiro de Rei. El padrón actual de Friol recoge 3.843 vecinos, el récord desde el 2016. En el 2023 hubo 135 altas y 99 bajas. Desde el 1981, todos los años han sido de descenso poblacional salvo el 2007, el 2021 (pandemia) y el 2023.

El alcalde, José Ángel Santos, explica que «a poboación de Friol, ao igual que a da maioría dos concellos rurais, está moi envellecida, polo que a tendencia é á baixa, pero pensamos que igual o estamos facendo algo ben, dende o Equipo de Goberno, para conseguir rexistrar tantos nacementos durante un ano, coa poboación existente no noso pobo».

«Necesitábamos espacio y tranquilidad y en esta casa lo encontramos todo»

No cualquiera se anima hoy en día a cambiar de estilo de vida, mudarse al rural, y formar una familia. Incluso muchos de los que pueden permitírselo acaban desechando la idea por los múltiples estereotipos que rodean a la vida fuera de la ciudad. Sin embargo, los testimonios de la gran mayoría de los que sí toman esta decisión no dejan lugar a duda: ni uno se arrepiente del cambio.

Este es el caso de Nina López y de su marido, José Manuel Novo. Ambos se mudaron a Friol en el año 2019, antes de la pandemia del covid-19, para vivir en una casa en un entorno rural. Desde entonces, han creado una familia y no pueden estar más convencidos de que su cambio fue para bien. «Mi pareja es de As Nogais y yo soy de Lugo. Ambos trabajamos en la ciudad, pero estábamos convencidos de que nuestra vida debía estar fuera del bullicio y en un lugar más tranquilo. Queríamos formar una familia en un sitio alejado de la ciudad y escogimos Friol. En Lugo había poca oferta de casas unifamiliares, que era lo que buscábamos, y además eran mucho más caras. Aquí encontramos una vivienda perfecta. Necesitábamos espacio y tranquilidad y aquí lo encontramos todo», resume Nina, ahora madre de dos niñas. Una nació en el 2020 y la otra, hace apenas siete meses.

«Vivir en una casa es todo ventajas. Las niñas pueden salir a la finca en cuanto sale un rayo de sol, apenas hay molestias de fuera y no hay problema si lloran o hacen ruido», reflexiona Nina. La única pega que le encuentra a su ubicación es que «quizás no tienes los servicios tan cerca como en la ciudad, como un supermercado, pero tampoco es algo que nos preocupe». Viven justo al lado de un colegio en el que también hay un punto de atención a la infancia y un servicio de madrugadores, así que «tenemos todo lo que necesitamos», termina la lucense.