La batalla política por la Diputación de Lugo en el 2023 ya se está jugando ahora
FRIOL
El PP cierra filas con el alcalde de Friol y el PSOE apoya al de A Fonsagrada
14 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.En política hay pocas casualidades y los estrategas trabajan con el juego de la anticipación, aunque solo sea pensando en escenarios a corto plazo. Un gesto, unas palabras, un movimiento, una foto, también tiene repercusiones inmediatas en la política local y provincial.
A ningún partido se le escapa que el control de la Diputación se juega en dos escenarios: los partidos judiciales de Lugo y de A Fonsagrada. En el último mes se han ido produciendo movimientos vinculados con el objetivo del 2023. El reparto de diputados -uno para el PP y otro para el PSOE- en Vilalba, Chantada y Monforte se da por descontado para el 2023. Aunque en el caso chantadino estará por decidir dónde se situará la alcaldesa y los independientes de Monterroso, y qué efectos tendrá la campaña que apoya el PP contra el gobierno provincial para mejorar las vías de Carballedo. Nada es casual. Como tampoco el incremento del perfil de la socialista Pilar García Porto (Antas de Ulla) como contrapeso a los populares en la comarca.
Tampoco ha sido casual que unas declaraciones del alcalde de Friol, y diputado del PP, José Ángel Santos, recogidas por Lugo Xornal el 19 de febrero sobre su futuro político dentro del partido hayan tenido una respuesta inmediata de la dirección popular de Lugo en forma de apoyo sin fisuras a unos de los regidores gallegos que mayores porcentajes de voto tuvo en el 2019.
Preguntado sobre si se veía bajo el paraguas del PP, Santos -que ha sido crítico y sincero sobre las políticas que aplica el conselleiro de Medio Rural- dijo: «De momento imos acabar esta lexislatura. Dentro de dous anos, cando chegue o momento de decidir, xa se mirará se continuar ou deixalo. Eu véxome xunto ao meu equipo, que é espectacular e aos que lles agradezo moito o seu traballo, así que o que é seguro é que seguirei con eles».
A los pocos días de estas declaraciones, el portavoz provincial, Javier Castiñeira, y otros diputados arroparon al alcalde de Friol para denunciar el mal estado de la carretera de Narla. Días después, los diputados De Olano y García Díez, y el senador José Manuel Barreiro, junto con la presidenta del PP lucense, Elena Candia, acudieron al monte de Carballo, en Friol, para ponerlo como ejemplo de la necesidad de que el lobo no sea una especie de especial protección. Y en esa misma semana, dos jóvenes de Friol entraron a formar parte de la dirección de Novas Xeracións, con la bendición de su presidenta, la senadora Rosa Arza, y de Candia. Y ya para ratificar cualquier atisbo de duda con su alcalde más votado, el delegado de la Xunta, Javier Arias, presentó en Friol la licitación de la vía entre la villa y Palas, en un acto en el que también estuvo Candia (y eso que había pleno en el Parlamento).
Friol, lo sabían Cacharro y el exalcalde Muiña, es una plaza importante para el PP en el partido judicial de Lugo. Igual que desde hace unos años lo es para el PSOE Castroverde, que preside José María Arias, y que se ha erigido en bandera de los dueños de parcelas que quieren plantar eucaliptos. Son esos concellos que aportan para ambas formaciones los suficientes votos como para compensar las posibles inercias negativas u otras circunstancias que puedan surgir en el gran caladero electoral, la capital. Otra cuestión será el futuro de Garrido en Sarria y de Martínez en Becerreá. Por no hablar de Olga Louzao y Ciudadanos en Lugo.
En el camino al 2023 aún deben aclararse cuestiones internas en el PP y en el PSOE. Los populares tienen que celebrar el congreso provincial. Está por ver si se cumple la voluntad de Feijoo o hay injerencias desde Génova y se presenta candidato alternativo. Lo que pase en Madrid influirá. Y tras el congreso gallego, tiene que clarificarse el local, de donde saldrá el cartel que se enfrente a los asentados Lara Méndez y Rubén Arroxo (BNG). Por su parte, el PSOE celebra congreso gallego, con continuas y las llamadas «á reflexión» de los barones locales.
El líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, acudió de inmediato a arropar al alcalde de A Fonsagrada cuatro días después de que la edila del BNG le quitase al regidor, Carlos López, la posibilidad de aprobar los presupuestos. El PP ha iniciado una campaña para exigir, reclamar y denunciar problemas en A Fonsagrada, Ribeira de Piquín y Navia, donde hay alcaldes socialistas. Desde baches y ausencia de quitamiedos en las carreteras, hasta problemas en la nueva traída de agua de Navia, o peticiones para ayudar a los autónomos. El PP se quedó en el 2019 a pocos votos de ganar en un partido judicial cuyo único diputado es clave para la mayoría de la Diputación.
El regidor de A Fonsagrada lamentó que la falta de apoyo del BNG impida subvenciones a asociaciones culturales y sociales, o ampliar el SAF, en un guiño a la dirección del Bloque para que no permitan dejar al municipio sin cuentas. En el BNG no existe nerviosismo. Sus expectativas electorales son en este momento favorables, y más cuando la izquierda rupturista está fuera del escenario, y sus acciones donde gobiernan no les está erosionado, más bien al contrario.
Y en todo este proceso de apoyos, críticas y congresos, el presidente de la Diputación y alcalde de Monforte, José Tomé, ha abandonado el perfil bajo de inicio de mandato -apostó por la tranquilidad en una casa que vivió años convulsos- para ir incrementando su presencia (esta semana estuvo en A Fonsagrada) y presentarse ante la opinión pública como garantía de estabilidad y con propuestas de futuro.
Mientras tanto, la influyente federación vecinal, que preside Jesús Vázquez, no deja puntada sin hilo y el mismo día que se reúnen por la mañana con Javier Arias, (no lo olvidemos, hijo de Ramón Arias) por la tarde lo hacen con la alcaldesa, y a la vez le piden al BNG que arregle las maltrechas vías los barrios de la ciudad. Nada es casual.