Dos fallecidos y un «kamikaze» por la autovía: las secuelas del abuso del alcohol al volante en solo una semana en Lugo

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

COSPEITO

Así quedó la moto de Roberto Rubio, fallecido en un accidente en la Ronda do Carme.
Así quedó la moto de Roberto Rubio, fallecido en un accidente en la Ronda do Carme. POLICIA LOCAL

Un joven murió en Cospeito tras circular ebrio, un hombre falleció en la Ronda do Carme embestido por un conductor borracho y un piloto bebido fue interceptado tras conducir 26 kilómetros en sentido contrario por la A-6

28 sep 2022 . Actualizado a las 21:46 h.

Las imprudencias cuestan vidas. La provincia de Lugo ha sido prueba de ello más que nunca en esta última semana, en la que tres personas perdieron la vida y otra amenazó las del resto de conductores debido a situaciones que entrañan unos riesgos evidentes que muchas personas pueden ignorar. Desde el sábado pasado, dos personas perdieron la vida en las carreteras lucenses. Otra, lo hizo tras caer de una gran altura mientras trabajaba. Una cuarta, puso en peligro la seguridad de otros en la carretera. Cuatro casos en apenas cuatro días, que muestran que las medidas de seguridad y la responsabilidad individual nunca sobran.

Los lucenses despidieron esta semana a Iván Fernández, vecino de Cospeito de 27 años; a Salvador Catoira, padronés de 35, y a Roberto Rubio, paradelense de 50 —ayer mismo—. Pero... ¿se podrían haber evitado estas muertes?

El denominador común entre dos de ellas fue el alcohol. En el caso del joven de Cospeito, varios testigos informaron a la Guardia Civil de que había pasado la tarde y la noche en un bar de Feira do Monte, en su municipio natal. Pasada la medianoche, cogió el coche, presuntamente bajo los efectos del alcohol. Cuando circulaba por la LU-P-1706, entre Cospeito y Castro de Rei, chocó frontalmente contra una furgoneta. La reconstrucción del accidente apunta a que fue él quien invadió el carril contrario. El joven falleció casi en el acto. El conductor de la furgoneta salió herido leve y tuvo que ser evacuado al hospital, pero salvó la vida y evitó una tragedia todavía mayor. Además del supuesto consumo de alcohol por parte del fallecido, el joven tenía el carné retirado por decisión judicial.

Roberto Rubio

De una forma similar que en el caso de Iván Fernández, en la muerte de Roberto Rubio, un conocido barbero de la ciudad de Lugo, amante de las motos y de los dardos, confluyeron varios factores. El alcohol también estuvo presente en el siniestro que le quitó la vida, puesto que el conductor del coche que lo atropelló a última hora de este pasado lunes conducía ebrio.

Según el informe de la Policía Local, el conductor del turismo que arrolló a Rubio cuando estaba parado en un semáforo sobre su moto triplicaba la tasa máxima de alcoholemia permitida. J. M. L. M. fue detenido por un presunto delito de homicidio imprudente tras el suceso. Poco antes de las 19.00 horas de ayer, fue puesto en libertad, aunque la jueza decretó medidas cautelares para él.

El motociclista salió despedido violentamente tras el impacto mientras estaba parado en el cruce de la Ronda do Carme con la rúa Santiago, a los pies de la ciudad. En todo caso, el alcohol se estudia como causa principal de dos siniestros mortales.

Finalmente, el alcohol estuvo presente en otra imprudencia, aunque no mortal. Un hombre fue interceptado por la Guardia Civil en la madrugada del domingo al lunes después de haber circulado durante 26 kilómetros en sentido contrario por la autovía, desde Guitiriz hasta el polígono de O Ceao. Aleatoriamente, y debido a que de madrugada hay poco tráfico en la A-6, no causó ningún accidente. Cuando fue interceptado, cuadruplicó la tasa máxima de alcoholemia permitida por la ley.

Accidente laboral

El último suceso mortal fue el que le quitó la vida a Salvador Catoira, un vecino de Padrón de 35 años, este lunes. Trabajador de una de las empresas que instalan las barracas de San Froilán, cayó desde una altura de unos 12 metros mientras trataba de bajar de una escalera después de enchufar los cables de la barraca al sistema eléctrico municipal, ubicado en lo alto de un poste. Iba ataviado con unas sandalias, sin casco, sin sujeción y sin ningún sistema de seguridad que previniese un riesgo así, según testigos e investigadores. Resbaló y cayó al vació.