La muerte de la pequeña Desirée en su casa de Cospeito sigue sin aclararse tres semanas después

Tania Taboada LUGO / LA VOZ

COSPEITO

La Guardia Civil, en la casa, el día en que apareció el cadáver
La Guardia Civil, en la casa, el día en que apareció el cadáver L.V.

La madre sigue ingresada en el hospital de Lugo

25 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres semanas después de la aparición del cuerpo sin vida de Desirée Leal, la niña de siete años que apareció muerta en circunstancias extrañas en la casa de Muimenta (Cospeito) donde residía con su madre y su abuela, la magistrada del juzgado número uno de Vilalba continúa con el caso bajo secreto de sumario y sin ordenar detenciones. Pese a personarse ella misma en la casa y llevarse numerosas evidencias y obtener al día siguiente los resultados preliminares de la autopsia, los últimos pasos de los que se tiene conocimiento que desarrolló esta jueza fue la investigación de filtraciones y la petición de un listado de personas que ese día estuvieron en la vivienda.

Por su parte, la madre de la menor sigue ingresada en el modulo de psiquiatría del hospital de Lugo, bajo el cuidado de algún familiar y recibiendo alguna visita, entre ellas la de su exnovio, persona que residía en la vivienda y a la que echó de casa unas semanas antes del suceso. Supuestamente, la magistrada está a la espera de recibir el informe de los psiquiatras sobre el estado de la madre para tomar decisiones.

El fallecimiento de Desirée se remonta al día 3 de mayo, sobre las ocho de la mañana, cuando la abuela materna alertó exaltada al 112 de que su nieta estaba muerta. Esa noche la menor había dormido con su madre, circunstancia que no era habitual. La niña fue hallada desnuda, tapada con la ropa de cama y con lesiones en la cara, labios y cuello, que pudieron deberse a una asfixia mecánica que alguien le aplicó tapándole la boca. A pesar de que tenía las manos frías, la zona del tórax estaba caliente, por lo que los profesionales del 061 que acudieron al lugar intentaron reanimarla por si todavía tenía un hilo de vida, pero sin éxito. La pequeña ya había fallecido.

La casa, desordenada

Por su parte, la casa se encontraba un tanto desordenada, la madre envuelta en una manta y abstraída. A algunas personas les dijo que desconocía qué había sucedido, pero a otras les indicó que la niña había ingerido pastillas que ella tenía que tomar con motivo de sus problemas mentales. Por su parte, la abuela estaba acompañada de una amiga y vestida con ropa de calle.

Los investigadores recogieron diferentes muestras en la vivienda (pijamas, paños, ropa, pastillas, la botella de agua de la niña en la que apareció una sustancia negruzca que podría ser una mezcla de pastillas trituradas con cola para adulterar el sabor...). Varios indicios que una vez analizados se convertirán en pruebas para el proceso penal, en caso de que se concluya que la niña no murió por causas naturales.