Condenado el Concello de Cospeito por intento de enriquecimiento ilegal

La Voz LUGO / LA VOZ

COSPEITO

OSCAR CELA

Pretendió cobrarle a un vecino 56.800 euros de luz que ya le había pagado en gasoil

10 abr 2018 . Actualizado a las 10:27 h.

El Juzgado de lo contencioso Dos de Lugo condenó al Concello de Cospeito por intento de enriquecimiento ilícito a costa de un vecino al que le intentó cobrar 56.800 euros por un servicio que el vecino ya había pagado mediante compensación, siguiendo lo que le había ordenado en su día el alcalde, Armando Castosa. El juez, Marcos Amboage, le impone las costas al Concello de Cospeito por entender que su actuación fue «abusiva e injustificada» además de una «chapuza» y de que «existen indicios sólidos de que se ha faltado a la verdad (el alcalde) aunque carezca de repercusiones penales debido a su condición de parte», dice el juez.

Responsabilidad del alcalde

La denuncia contra el ayuntamiento fue presentada por un vecino que durante años regentó la cafetería de la Casa da Cultura de Feira do Monte, M.C.A; representado por el despacho de Fiuza Diego. En diciembre de 2016 el concello intentó cobrarle 56.800 euros por el consumo de luz de los últimos cinco años. El afectado le contestó al ayuntamiento que nunca había podido instalar un contador de luz particular dentro de la Casa da Cultura por ser un edificio público. Cuando se presentó al concurso y abrió la cafetería, 15 años atrás, le comunicó al alcalde, Armando Castosa, que no le permitían poner un contador de luz particular en un edificio público del que no era titular, aunque el contrato de alquiler así lo exigía. El regidor le dijo entonces que como no se podía individualizar el consumo particular de la cafetería con respecto a toda la Casa da Cultura, el empresario pagase el gasoil de todas las instalaciones de la Casa da Cultura y el Concello pagaría todo el gasto de luz. Ni un servicio ni el otro estuvieron nunca independizados con contadores, por lo que el empresario pagó durante los quince años el gasoil de la calefacción de todo el edificio (salón de actos, biblioteca, aulas, baños y cafetería) y el concello pagó la luz de todo el edificio, incluida la cafetería. El juez da por probado que los hechos fueron así, tal como los presentó el denunciante, y que por tanto fue un acuerdo verbal del alcalde que el ayuntamiento debería haber plasmado por escrito en su día. Pero ya que no lo hizo y permitió que durante años el empresario pagase el gasoil y el concello la corriente, el juez entiende que ahora no procede reclamarle el pago de la luz de los últimos cinco años (los que no están prescritos). La sentencia da por sentado que eso sería un enriquecimiento ilícito e injusto de la administración a costa de un vecino, que no ha pagado la luz porque lo compensaba con otro pago, y fue aceptado por el ayuntamiento durante años.

Indicios de falsedad

El juez dio por probados todos los hechos tal como los puso de manifiesto el afectado, tanto por haber presentado las facturas de gasoil, como por los testigos que acreditaron que siempre fue él quien pagó el carburante, mientras el Concello nunca lo pidió para la Casa de Cultura de Cospeito, sino para otros centros culturales como Muimenta, según declaró el concejal responsable.

Todo quedó probado aunque el Concello de Cospeito intentó falsear los hechos. Una de las pruebas fue el interrogatorio al alcalde, que evitó ir a juicio y pidió responder por escrito. La primera vez contestó con evasivas y por ello el juez permitió un segundo interrogatorio al alcalde, también por escrito. Y con respecto a esos dos interrogatorios que se le practicaron al alcalde, Armando Castosa, el juez dice que «existen indicios sólidos de que se ha faltado a la verdad, aunque el hecho carezca de repercusiones penales debido a que es parte». Además, el juez advierte que en las respuestas número 11, 12, 13 y 14 de Armando Castosa hay «indicios de falsedad al afirmarse que el consumo de gasoil del centro sociocultural de Feira do Monte habría sido abonado por el ayuntamiento». Sobre otras respuestas del alcalde en las que no hay esos indicios de falsedad, el juez dice que son «un buen ejemplo de respuestas evasivas e inconcluyentes».

La alegación del ayuntamiento «es ridícula e incluso ofensiva a la inteligencia», dice el juez

El Ayuntamiento de Cospeito no pudo explicar en el juicio por qué pagó durante tantos años la luz de toda la casa da cultura: «Cuando se sugiere que el Concello de Cospeito ignoraba que pagaba lo que no le correspondía durante más de diez años debido a la cantidad de facturas que le remiten las compañías eléctricas, la explicación es ridícula e incluso ofensiva a la inteligencia. No se sabe si es peor afirmar sin pudor que se han cargado al erario público cantidades que no eran debidas, o que se cargasen porque así se había decidido y ahora se niegue. Con este planteamiento ya se comprende la inutilidad de las alegaciones» (del concello).

El ayuntamiento también trató de probar que pagaba las facturas de gasoil de la Casa da Cultura de Cospeito pero se descubrió en el juicio que eran de otros edificios. Por su parte el hostelero presentó las facturas del último año completo y testificó el suministrador del combustible para explicar que durante todos esos años quien pedía y pagaba los miles de litros era el empresario y no el concello. El ayuntamiento solo presentó una factura de gasoil de 3.700 euros del año 2010, con pocos datos, que no sirvió de mucho: «Resulta inconcebible e increíble que si el Concello hubiese pagado el gasoil durante tantos años, solo pueda aportar un único pago realizado hace más de cinco años, aislado, huérfano y sin explicación lógica», resumió el juez. La sentencia es recurrible por ambas partes en el plazo de 15 días ante el TSXG.