El laboratorio de criminalística de la Guardia Civil: el «CSI» de la provincia

TANIA TABOADA LUGO / LA VOZ

COSPEITO

CARLOS CASTRO

El laboratorio de criminalística recoge y analiza las pruebas halladas en el lugar del delito para avalar la investigación

08 jun 2017 . Actualizado a las 23:35 h.

Hace siete años que Jorge López (Lugo, 1969) dirige el laboratorio de criminalística de la Policía Judicial de Lugo, un departamento sujeto a las órdenes del capitán y cuya misión principal es la elaboración de informes periciales -propios de la ciencia forense-, con las técnicas, equipos y procedimientos de investigación para el esclarecimiento de los delitos, sus autores y víctimas. Para ser especialista en criminalística es imprescindible disponer de un laboratorio de comandancia y reunir tres condiciones: curso de Policía Judicial, criminalística y realizar dos años de prácticas en un laboratorio. Con esta triplicidad ya se obtiene la habilitación. Acompañan a Jorge en esta labor otros dos guardias. Ellos son los que acuden al lugar del suceso y de una forma muy meticulosa, trabajan en el propio escenario para recabar pruebas y dar con el autor de los hechos.

En estos casos, hay una máxima: «Soy yo cuando mi ADN o huellas dicen que soy yo»; hasta que se identifica claramente a la persona, no hay sospecha que valga.

Estos especialistas acuden al lugar donde se produjo una explosión para encontrar restos del explosivo (atentado a la casa de Fraga); pueden analizar colillas que quedaron en la escena de un crimen (Burgás), estudiar algún material usado para amordazar a un secuestrado (ancianos de Cospeito) o averiguar si una persona disparó con un arma o no. «Ante un homicidio vamos directamente a las evidencias. Las enumeramos, fotografiamos, recogemos, estudiamos o tramitamos y cada muestra se deposita en su correspondiente bolsa de evidencias», explica Jorge. «Si se encuentra una colilla, esta se mete en un sobre de papel y si hay cuatro se introduce una en cada sobre para que no haya contaminación de ADN», recalca.

El hecho de que vistan con mono y calzas blancas, guantes y gafas tiene su lógica: no contaminar la escena del crimen ni contaminarse ellos. Cuando van a hacer una inspección técnica ocular de un hecho grave, no pueden crear ni dejar evidencias. Ellos van a recoger todo tipo de restos de los moradores y de las personas que entraron allí. A este equipo siempre le acompaña también una maleta de bártulos y una cámara de fotos. Una vez recogidas las muestras, los especialistas traen todo para la comandancia y aquí distribuyen. «Vemos lo que podemos hacer nosotros, lo que se manda al laboratorio de zona y lo que se envía a Madrid. Se puede dar el caso de que la misma prueba que se estudie aquí pase a otro laboratorio», indica.