La depuradora que aún no arranca

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

COSPEITO

PALACIOS

Las nuevas instalaciones de Cospeito llevan años acabadas, pero siguen inactivas

07 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una depuradora construida y sin funcionar y otra que funciona solo con un pozo de tormentas. Esa situación se da en Feira do Monte, capital del municipio de Cospeito, en donde las aguas residuales van a un pozo de tormentas porque la nueva depuradora, situada cerca de la carretera que sale de la localidad hacia Vilalba, lleva años acabada y está pendiente de empezar a funcionar. La que había antes, ubicada cerca de la laguna, tiene un pozo de tormentas para ir desempeñando esa actividad mientras tanto.

La situación ha sido además origen de sanciones para el Concello, multado por la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. A ello se le añade otro contratiempo, que viene derivado de la red general y que aparece con las precipitaciones. Las aguas fecales entran en algunos sótanos y bajos, lo que llevó a un vecino de la localidad, el empresario Javier Díaz, a exponer públicamente su problema -incluso colocó un cartel en la estación de servicio, de la que es propietario- y a acusar al alcalde de querer echarlo del pueblo.

Ese problema ya se ha presentado alguna vez en este verano, en momentos en los que aparecieron algunas lluvias.

Algún vecino asegura que algunas veces se ven vertidos en un prado cercano a la vieja depuradora, que a su vez está cerca de la laguna. Esa situación parece resultar más desagradable en períodos de lluvias, en los que incluso se aprecia más la suciedad, que en etapas de sequía. El regidor, Armando Castosa, aseguró ayer que no tenía constancia de ese hecho.

La puesta en marcha de la nueva depuradora, dijo ayer, está solo pendiente del funcionamiento de la instalación eléctrica, lo que requiere la intervención de varias administraciones y de la empresa Begasa; pero las instalaciones, terminadas, no funcionan.

La situación ha tenido consecuencias económicas para el Concello, puesto que a comienzos del año pasado trascendió que la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil le había impuesto una sanción de 30.602,84 euros -26.611,16 de multa y 3.991,68 de indemnización- por esos vertidos. La sanción, originada por denuncias del Seprona y de la Asociación para a defensa ecolóxica de Galicia (Adega), se fundaba en que la zona de los vertidos está próxima a la laguna, humedal que forma parte de espacios protegidos por su gran riqueza de aves y por su variedad de flora.

También se argumentaba que los vertidos se habían efectuado sin la correspondiente autorización, aunque el Concello no pagó esa cantidad al decidir presentar un recurso contra esa sanción. La situación también merece críticas del principal grupo de la oposición, el PSOE, cuya portavoz, Rosa Morán, exige al gobierno local que tome medidas y que logre poner en marcha las nuevas instalaciones: «Van pasando os anos e seguimos igual», dijo.