«Nadie le quiere quitar la tierra a nadie, pero estamos en manos de Dios, ni en Lugo ni en León»

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

CERVANTES

MANUEL

Los vecinos de Suárbol piden a las administraciones que resuelvan los lindes

29 nov 2015 . Actualizado a las 09:05 h.

La petición de la Diputación de León al Ministerio de Fomento para que rectifique lo que consideran un error en los límites entre Galicia y Castilla y León ha generado unas reacciones casi viscerales en las redes sociales sobre patriotismos. Pero más allá de los comentarios e incluso chistes fáciles, hay una realidad en la que viven desde hace décadas, por un lado, las familias y los propietarios de montes de las aldeas leonesas de Suárbol y de Balouta, por un lado, y por otro, los derechos históricos a los que apelan desde Navia de Suarna.

La presidenta y la secretaria de la Asociación Cultural Suárbol Cuiña, Inés y Noelia Quiroga, lo definían claramente: «Nadie quiere quitar la tierra a nadie, pero estamos en manos de Dios, ni en Lugo ni en León». Y es que los vecinos leoneses están hartos de reclamar lo que consideran un error que se arrastra desde mediados de los años cincuenta del pasado siglo.

Los problemas que les acarrea la decisión, que certifica el último mapa del Instituto Geográfico Nacional, son diversos: entre ellos, que a la hora de pedir ayudas para el silvopastoreo o la limpieza de los montes, la Junta de Castilla y León no se las concede porque aseguran que esa zona pertenece a la Xunta.

Inés Quiroga, que señala que en función de cómo se vayan desarrollando los hechos irán barajando opciones sin descartar las judiciales, afirma que lo que reclaman son dos kilómetros cuadrados, divididos en una gran parcela privada y en un monte comunal que linda hacia el lado de Balouta. Este trozo de lengua o de cuerno, como definieron desde la Diputación de León, se sitúa en A Cespedosa. «Como dice el alcalde de Navia, los vecinos de Suárbol compraron estos terrenos a los de Fontela y Rao en 1925, pero anteriormente habían sido parcelas de León», explica Inés Quiroga, quien además dice que los marcos y mojones provinciales siguen vigentes en el monte.

En Suárbol, a apenas 4 kilómetros de Piornedo (Cervantes), viven cuatro familias con hijos, y solo esperan que las diputaciones de León y de Lugo se pongan de acuerdo para dejar claro este asunto. Incluso Inés Quiroga señala que los vecinos, como parte afectda, no han sido informados sobre qué pasos se están dando y cuál es la situación. Piden que se reúnan las partes implicadas para resolver esta situación.

Y es que una de las preguntas que surge en este debate es por qué ahora la Diputación de León saca este asunto a la luz pública cuando el presunto error nació hace 20 años. Hay una respuesta clara. La última revisión de la cartografía del Instituto Geográfico Nacional se hizo el pasado año y ahora se acaba de publicar. La frontera de León se demanda dentro de las actuaciones previstas por el Estado para dilucidar conflictos de lindes y errores de límites, catalogados en hasta 43 provincias del país.

En las declaraciones realizadas por los responsables políticos de la Diputación leonesa y recogidas en el Diario de León, se apela a que dos carreteras provinciales (LE-712 y la LE-CV-100/1) estarían incrustadas en el terreno actual de Galicia, con lo que quieren su gestión para poder realizar trabajos de conservación. El presidente de León, Juan Martínez Majo, en declaraciones al periódico leonés, afirma: «La gente tiene problemas, lo están contando y tienen que ser atendidos en León, no pueden continuar perdiendo ayudas y derechos por no modificar un mapa, ni pueden seguir en Lugo».

Mientras, el alcalde de Navia, José Fernández, tiene claro que defenderá los derechos de su concello hasta el final, incluso llegando a los juzgados si hace falta. El regidor socialista no espera que esta situación genere ningún conflicto entre pueblo;s pero recordó que aunque los dueños de los montes afectados son vecinos de Suárbol, en el Catastro consta que son terrenos de Lugo. Sí es cierto que el Catastro de, por ejemplo, los años cuarenta reflejaba que los terrenos de la discordia se situaban en León. El mapa de la cartografía española de 1951 también lo certificaba, pero la realidad es que a día de hoy Galicia tiene un enclave en pleno corazón de los Ancares leoneses y no parece que esté dispuesto a cederlo.