Reflexiones de una madre de la montaña

Isabel Calvete TRIBUNA

CERVANTES

24 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Es curioso que el mundo se paraliza para escuchar la infinidad de programas electorales como si a todos nos fuera la vida en ello, y resulta que en Os Ancares seguimos perdiendo población, seguimos perdiendo servicios. Cada año intentan quitarnos un profesor más del colegio, con el grave prejuicio que supone para los estudiantes de Cervantes. Y sorprendentemente, mantener el colegio no es una prioridad ni aparece en el programa electoral de nadie. Debe ser que los padres no tenemos muy claro cuál debe ser nuestra escala de prioridades. Total, solo son nuestros hijos. Malo será. O tal vez somos los únicos que vemos dónde está el problema. Me pregunto qué quieren decir cuando hablan de progreso, futuro, «revolución», servicios sociales. ¿A qué se refieren? O es que quizá no están hablando del rural ni de la montaña. Va a ser eso. No contamos para nada. Y por supuesto, los niños de la montaña tampoco. No sé en que parte de la famosa Constitución Española pone que cuando somos pocos perdemos los derechos fundamentales. Seguiré buscando.

Tampoco encontré el artículo dónde pone que los niños del rural están condenados a ser ciudadanos de segunda, sin que se les pueda garantizar una educación de calidad. Poco podemos hacer los padres ante todos estos ataques, y encima, cada vez que pedimos por los derechos de nuestros hijos tengo que oír cosas como que, por ejemplo, «sale carísimo» mantener los colegios del rural abiertos para tan pocos niños. Increíble. A los padres sí que nos sale caro mantener tanto puesto directivo de una Consellería de Educación que es totalmente insensible a los problemas de los alumnos. Un derecho sí nos queda: el derecho al pataleo. Y seguiremos pataleando por nuestros niños. A ver si alguien nos hace caso, y se da cuenta de que pataleamos por el futuro de la montaña.

Esa montaña que a todo el mundo le gusta visitar, y que se está quedando vacía gracias a todos. A las administraciones también. Hace días hubo un encuentro en Santiago de gente preocupada por el rural galego. Muy interesante. Y una de las verdades que salieron fue que el rural está en situación de emergencia. Y nadie pudo decir lo contrario. Así de claro. A esto añado que la montaña está un paso más allá de la emergencia. Así de triste.