La solución anti kamikazes duerme en el baúl de los recuerdos

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

CASTROVERDE

<span lang= es-es >Castroverde, lugar piloto</span>. Gracias al apoyo de la Diputación de Lugo este sistema se aplicó en una rotonda del polígono industrial de Castroverde, donde se hizo la colocación y el pintado oportuno.
Castroverde, lugar piloto. Gracias al apoyo de la Diputación de Lugo este sistema se aplicó en una rotonda del polígono industrial de Castroverde, donde se hizo la colocación y el pintado oportuno.

Jóvenes del IES Xoán Montes proponen catadióptricos rojos que se verían si se va en sentido contrario

03 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Propuestas para evitar la entrada de conductores temerarios, para avisar a los despistados o para detener el sentido de los kamikazes se han presentado en la última décadas en ferias internacionales del motor. Incluso, las grandes marcas de automóviles trabajan en sistemas integrados en el vehículo, algunos a través del GPS. Tanto la DGT como Fomento han ensayado algún método, pero finalmente no se han ejecutado en las autovías. En el caso de Lugo, según diversas fuentes, se ha estudiado la posibilidad de colocar elementos que eviten la entrada de kamikazes, como por ejemplo pivotes. Las competencias en esta materia las tiene la DGT, que emite los informes, y Fomento, que contrata las obras, pero de momento nada se ha concretado.

Entre todas las propuestas hay una patentada que se gestó hace dos años en el IES Xoán Montes gracias a la iniciativa de dos alumnos, Xosé Luis Chorén y Unai Ansedes, junto con el profesor de Tecnoloxía Gerardo Baamonde. El proyecto, que fue premiado en la feria de Ourense Galiciencia, tuvo una vida corta. A pesar de contar con el apoyo del Concello, la Diputación y la Gestoría Álvarez Real, la propuesta de estos jóvenes está parada.

«Levamos o proxecto a unha feira de Barcelona, mandamos información á asociación de estradas de Europa e falamos con responsables de Carreteras, e nada», se lamenta Baamonde. Y eso que el modelo que proponen es sencillo y barato. Se fundamenta en colocar en los conocidos como ojos de gato, ubicados en las cunetas de las carreteras, un color rojo. «Cando imos polo lado dereito son amarelas e cando imos polo esquerdo, son brancas. Nós propoñemos empregar o vermello no sentido contrario, así se un condutor entra mal verá que hai unhas luces diferentes», explica Baamonde. Uno de los motivos por el que fue rechazado este modelo es que el reglamento de Tráfico no permite el uso de elementos rojos en las carreteras.

La Diputación sí les apoyó y su método se usó en una rotonda en el polígono industrial de Castroverde a modo de experimentación: «Tuvimos que pintar los ojos de gato de negro para mimetizar con la carretera y luego añadirle unas pegatinas fotoluminiscentes (catadióptrico) según el sentido», explica el profesor del Xoán Montes.

7 euros

Ojos de gato

El precio aproximado de este tipo de elementos, con el catadióptrico, ronda los 7 euros.