Disgusto de madre e hija tras perder a su mascota: el ñandú Lola

tania taboada LUGO / LA VOZ

CASTROVERDE

Manolita y Rocío con uno de los carteles con los que intentan encontrar a su ñandú, Lola.
Manolita y Rocío con uno de los carteles con los que intentan encontrar a su ñandú, Lola. Óscar cela< / span>

Buscan a la dócil ave que se dejó ver hace unos días en una aldea cercana

13 nov 2015 . Actualizado a las 07:58 h.

Desde el pasado 21 de agosto todo cambió en casa de Manolita y Rocío. Desde aquel día ya nada es lo mismo en su vivienda de Montecubeiro, en Castroverde. No está alguien clave en el seno de esta familia y eso hace que los días sean interminables para esta madre e hija. Les falta Lola y... ¿quién es Lola? Pues su ñandú, su inseparable mascota.

Lola desapareció hace un mes y medio y tan solo dejó como huella un puñado de plumas. Esa mañana Manolita y Rocío se fueron a sus respectivos trabajos y la dejaron, como siempre, en la finca que rodea su casa. ¿Cuál fue el disgusto? Cuando regresaron a mediodía Lola ya no estaba.

Esta ave procede del zoo de Oviedo. Fue un regalo que le hizo a Rocío su hermano. LLegó hace dos años a esta casa de Castroverde y con dos meses de vida. Aquí creció y se adaptó. Aunque sus rasgos son muy parecidos a los de una avestruz se diferencia de esta en que es muy dócil y cuando quiere esconderse se estira como una toalla y no se le ve. No agacha solo la cabeza y deja el cuerpo fuera, sino que se esconde toda.

Lola, como todos los ñandús, no tiene sentido de la orientación pero la vista y el oído lo tiene muy agudo. Puede andar unos 30 kilómetros diarios y corre en círculo. Comía de la mano de su dueña nabizas y le encantaba la fruta. Sabía cuando Rocío llegaba a casa porque conocía perfectamente el coche. La saludaba poniéndole la cabeza en el hombro y otras veces estiraba el cuello y se asomaba a la ventana de la cocina para saludarla. Rocío no la agarraba porque sabía que lo detestaba pero le acariciaba el cuerpo y esto sí le gustaba. Madre e hija recordaban ayer alguna de las trastadas que hacía Lola, como comer las flores mientras ellas las plantaban. Reconocen que todo se le perdonaba porque no lo hacía malintencionadamente. Era una cariñosa mascota que esperan recuperar pronto.

crónica desesperada búsqueda de su animal de compañía