El Museo de Viladonga, una escapada para niños y adultos en un fin de semana lluvioso

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

CASTRO DE REI

Una maqueta del castro de Viladonga está presente en el museo desde hace años
Una maqueta del castro de Viladonga está presente en el museo desde hace años ALBERTO LÓPEZ

Las salas ofrecen información amena sobre la vida cotidiana de hace 2.000 años, didáctica y fácil de entender

11 dic 2021 . Actualizado a las 19:44 h.

El patrimonio histórico al alcance de niños y adultos en un fin de semana en que el mal tiempo invite a quedarse en casa. El Museo de Viladonga (Castro de Rei) ofrece en tres salas un recorrido por varios siglos, con explicaciones y alicientes que lo hacen atractivo sin necesidad de grandes conocimientos académicos.

¿Cómo vivían los que habitaban el castro, situado a unas decenas de metros de este museo, hace unos 2.000 años? Para empezar, la sala 1 permite observar cómo era el recinto castreño gracias a una maqueta de todo ese espacio. Las fotos ofrecen detalles variados, relacionados con valiosos descubrimientos recientes: en el verano del 2019 apareció un aljibe, en el que se almacenaba agua, y al año siguiente, una pequeña hacha bien decorada, usada seguramente en actos rituales. Las personas invidentes pueden acercarse a una mesa táctil y hacerse una idea de cómo eran piezas de cerámica usadas por los habitantes del castro.

La sala 2 constituye un acercamiento a la forma de vestir, de comer o de adornarse, ya que piezas de hierro, de vidrio o de cerámica se exhiben en las vitrinas. Los objetos de vidrio fueron apareciendo en el castro con las excavaciones de los años setenta y ochenta del siglo pasado, mientras que la cerámica y las monedas se descubrieron prácticamente desde el inicio de los trabajos de investigación, varias décadas antes. El que visita el museo comprende además que la globalización estaba implantada en tiempos de los romanos: parte de la cerámica hallada en el castro procedía de otros lugares de la península Ibérica o del resto de Europa.

Piezas de cerámica halladas en excavaciones tienen ahora un sitio en las vitrinas
Piezas de cerámica halladas en excavaciones tienen ahora un sitio en las vitrinas ALBERTO LÓPEZ

En la sala 3 se ve que pulseras o colgantes, elaborados en azabache o en bronce, eran adornos presentes hace unos 2.000 años, tanto en la vestimenta civil como en la militar. La abundancia de monedas aparecidas en sucesivas campañas de excavación también se refleja en las vitrinas: denarios, sestercios o ases, acuñados a partir del siglo I antes de Cristo, se ven en las vitrinas. También pueden los visitantes descubrir que las creencias religiosas no estaban fuera de la vida de entonces, pues se exponen cucharas de bronce, empleadas seguramente para fines rituales, y amuletos de piedra.

El museo y el castro están a apenas 20 minutos de Lugo. El visitante de hoy se da cuenta de que esa proximidad no es nueva, ya que las abundantes piezas de cerámica que se muestran —ollas, morteros, platos o vasos, por ejemplo— son muy semejantes a objetos de esa época encontrados en la ciudad amurallada.

El recorrido, además de ver, permite también escuchar. En gallego, español e inglés se pueden recibir explicaciones sobre la historia del museo y sobre el patrimonio de la zona. La historia de las instalaciones tiene estos días una especial significación, ya que el 29 de noviembre se cumplieron 35 años de la inauguración. El patrimonio de la comarca contiene elementos tan valiosos como la iglesia de Meira, destacado ejemplo del arte románico en Galicia.

Entrada gratuita

El Museo de Viladonga abre, de lunes a domingo, de diez de la mañana a ocho de la noche. Se puede realizar una visita virtual al castro (https://viladonga.xunta.gal/es/castro/visita-virtual). Para más información, se puede llamar al 982 870 160.