La Xunta solo acabó en el 2018 dos de las parcelarias previstas en Lugo

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

CASTRO DE REI

PALACIOS

Medio Rural prevé concluir este año sendos procesos en Castro de Rei y O Valadouro

03 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La Xunta terminó el año pasado dos concentraciones parcelarias en la provincia: acabaron las de Pousada (Baleira) y Ramil (Castro de Rei), lo que supuso solo un tercio de lo previsto. A finales del pasado verano [ver La Voz de Galicia del 17 de septiembre] se contaba con acabar seis. Los planes para este año son similares en cuanto a disminución de las expecativas: según informaciones facilitadas por Medio Rural en días pasados, se confía en concluir dos parcelarias, las de San Xiao de Mos (Castro de Rei) y de Frexulfe (O Valadouro) cuando los planes trazados en septiembre del 2018 apuntaban al final de siete concentraciones.

Tanto las concentraciones acabadas en el año pasado como las que tienen su conclusión proyectada para este muestran características bastante diversas. La de Pousada (Baleira), terminada en el 2018, se ejecutó sobre un total de 1.210 hectáreas, lo que supone más de un 50% más de extensión que la de Ramil (Castro de Rei), que abarcó 767 hectáreas. Esa, en cambio, superó a aquella en número de propietarios, 266 y 177 respectivamente.

Por lo que se refiere a las concentraciones de este año, la de Mos (Castro de Rei) casi cuadriplica a la de Frexulfe (O Valadouro) en extensión: la primera abarca 435 hectáreas, y la segunda, 118. Menos rotunda, en cambio, es la diferencia de propietarios de terreno entre una y otra: la primera afecta a 270 dueños, y la segunda, a 191.

Mientras tanto, en un municipio como Castro de Rei, con una parcelaria acabada el año pasado y con previsión de final para otra en este, hay movimientos en dos parroquias. En una de ellas, la de Triabá, fue necesario repetir los trámites de impacto ambiental, y las investigaciones de propiedad avanzaron con lentitud al haberse comprobado que aparecía un buen número de fincas con dueño desconocido. El proceso ahora parece encauzado.

En Viladonga está solicitada de nuevo: se pidió por segunda vez en el 2016 tras un primer intento en el 2005. El alcalde de este municipio chairego, Francisco Balado, destaca que gestos como ese reflejan un cambio de mentalidad de los propietarios frente a décadas pasadas, aunque también lamenta que los trámites administrativos acaban siendo a veces un freno a las aspiraciones de dueños de fincas.