Arxeriz y Cereixa, dos castros que tuvieron unos destinos muy diferentes

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

CASTRO DE REI

ROI FERNÁNDEZ

El arqueólogo Xurxo Ayán propone enlazar con una ruta estos asentamientos del sur de la provincia

11 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los dos castros que se están excavando actualmente en sur lucense -el de Arxeriz, en O Saviñao, y el de Cereixa, en A Pobra do Brollón- ofrecen un gran interés para entender cómo evolucionaron el paisaje y la población del interior de Galicia desde la Edad del Hierro hasta la Edad Media e incluso hasta épocas posteriores. Así lo cree el arqueólogo Xurxo Ayán, director de las excavaciones del segundo de estos yacimientos, quien aconseja visitar de forma sucesiva ambos lugares.

La historia de estos dos asentamientos, según explica, presenta grandes diferencias debido al hecho de que el castro de Arxeriz, según todos los indicios, quedó abandonado en los inicios de la romanización y nunca volvió a ser ocupado. Por ello no sufrió alteraciones importantes y se mantiene tal como lo dejaron sus últimos habitantes hace alrededor de dos milenios. «É un exemplo moi valioso de castro agrícola, dedicado á produción e almacenamento de cereais, e amosa moi ben o proceso de desenvolvemento da agriculltura na sociedade castrexa», señala Ayán.

Varias ocupaciones

El castro de Cereixa, por el contrario, siguió habitado en la época romana, durante la cual su actividad parece haberse centrado en la explotación de un yacimiento de hierro. El lugar volvió a ser ocupado en la alta Edad Media y en su interior se construyó la primera iglesia de la parroquia, que fue ampliada en el siglo XVII. El templo sirvió después como capilla y durante mucho tiempo fue escenario de una romería. En las excavaciones que se realizan actualmente están saliendo a la luz estructuras constructivas y numerosos objetos pertenecientes a todos estos períodos históricos.

Por estas razones, Ayán considera que los dos lugares se pueden complementar de cara a su aprovechamiento para el turismo cultural y las actividades educativas. «Eu recomendaría visitar primeiro o castro de Arxeriz para entender como era a sociedade que se formou en Galicia durante a Idade do Ferro e despois iría ao de Cereixa para ver as transformacións que se foron producindo despois, durante a romanización e a época medieval», apunta el arqueólogo.

Por otro lado, Xurxo Ayán piensa que estos dos castros podrían enlazarse en una ruta que incluyese también los de Formigueiros -en el municipio de Samos- y Sobredo, en Folgoso do Courel. «O de Formigueiros ten as súas orixes na Idade do Ferro e despois coñeceu unha ocupación tardía no período baixorromano, mentres que o de Sobredo esta vinculado á explotación das minas de ouro da Serra do Courel na época romana», explica. «Estes castros poden conformar unha ruta que simplificaría moi ben 2.400 anos de historia», añade. La provincia, apunta por otro lado el arqueólogo, ya cuenta con el importante museo del castro de Viladonga, en Castro de Rei. «Pero no resto do territorio lucense non hai moitos castros visitables e estes catro lugares supoñen en conxunto un recurso de moita importancia», agrega.