«Intentamos atajar todos los delitos que causen alarma social»

tania taboada

CASTRO DE REI

carlos castro

El comisario Villamarín dice que Lugo es una ciudad tranquila y ante cualquier problema se actúa de inmediato

05 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Antonio Villamarín Rielo (Viladonga, Castro de Rei, 1953) es desde enero del 2015 Comisario y Jefe de Operaciones en Lugo. Su principal función es coordinar las actuaciones que llevan a cabo las cinco brigadas que forman la Comisaría: Seguridad Ciudadana, Policía Judicial, Científica, Extranjería e Información. Tras más de un año al frente de esta responsabilidad, explica las principales labores policiales.

-¿Qué tal ha sido su primer contacto con Lugo como Comisario y jefe de operaciones?

-Me considero una pequeñísima parte de la sociedad de esta ciudad. Hace años no se me pasaba por la cabeza venirme a Lugo pero en el momento que ascendí había una plaza de Comisario aquí y no lo dudé. Llegué y no solo el jefe provincial, Manuel Teijeiro, sino todo el equipo de mando y la mayoría de los policías que integran esta plantilla me han acogido y recibido fenomenal. El hecho de ver que eres bien acogido te da fuerzas para tratar de hacer las cosas lo mejor posible y solucionar los problemas de la sociedad, que es a quien nos debemos.

-Las estadísticas apuntan a que Lugo es una ciudad segura, ¿lo confirma?

-Sí. Lugo es una ciudad tranquila. Cuando vemos que surge un problema, lo estudiamos y llevamos a cabo una metodología de trabajo. Todas las figuras delictivas que puedan causar una alarma social intentamos atajarlas inmediatamente. Nos podrá salir bien, regular o menos bien pero intentamos por todos los medios que el problema se solucione.

-¿Consideran fundamental algún servicio?

-Sí. Consideramos fundamental el servicio de noche porque en esta franja horaria el delincuente se cree mover como pez en el agua por el hecho de que hay menos luz, circulación... Para evitar eso incrementamos la presencia policial en la calle. En el área de O Ceao y A Campiña tenemos un coche permanente porque es una zona de naves y grandes empresas, que son objetivo prioritario no solamente para la delincuencia autóctona sino también de la itinerante.

-¿De qué forma influye en la labor policial que Lugo sea una de las provincias gallegas con menos habitantes?

-Policialmente, Lugo tiene un problema que lo solucionamos repartiendo efectivos de la forma mas adecuada. Tiene un gran extraradio. La extensión geográfica a efectos policiales son 332 kilómetros cuadrados. Muchos kilómetros de pistas que el delincuente conoce. El ciudadano del centro tiene derecho a una asistencia policial pero el del extra-radio también. Este es uno de los problemas que estudiamos a diario. Mantenemos reuniones con asociaciones vecinales y les facilitamos nuestra ayuda. La realidad demuestra que el ciudadanos llama cuando ve cualquier inquietud.

-¿Existe alguna relación entre delincuencia, chabolismo, etnias?

-No puedo decir que exista una dirección directa de unos y otros. Hay distintas modalidades delictivas. Nada tiene que ver el chabolismo y las etnias. Hay ilícitos contra el patrimonio y tráfico de drogas que a veces se deben a la situación económica del país.

tania taboada

lugo/ la voz

«Se requiere de la presencia policial porque somos gente seria y sabemos lo que tenemos que hacer»

En lo que se refiere a la labor policial, insiste en que la vocación es fundamental y considera que el Inspector es la figura clave del grupo.

-¿Es difícil ser policía hoy en día?

-Tiene que gustar mucho la profesión. Si no sientes vocación no sería fácil llevar a cabo una labor gratificante ni para ti ni para el ciudadano. Claro que surgirán problemas durante la jornada, pero venir con ilusión y ganas es clave. Es fundamental que el policía se sienta policía y orgulloso de su profesión. Por otra parte creo que el inspector es la figura clave del grupo.

-¿Cómo define a un buen policía?

-El buen profesional es el consecuente con su trabajo. Aparte del interés en esclarecer hechos delictivos, uno de los factores del policía es el saber mantener la compostura y el respecto. Es decir, servir al ciudadano que le demande en cualquier momento por cualquier problema y ante cualquier situación confusa. Todo policía que va bien aseado, uniformado, es respetuoso... da una imagen positiva que hace sentir al ciudadano más seguro y orgulloso de los propios agentes del Cuerpo.

-Se dice que España tiene una de las mejores policías del mundo, ¿es cierto?

-Sí. En primer lugar por el reconocimiento que tenemos por parte de los países miembros de múltiples acuerdos en los que hemos participado. Demuestra una profesionalidad y seriedad que no tiene lugar a duda. Luego porque se nos reconoce a nivel mundial y se requiere de nuestra participación porque somos gente seria y sabemos lo que tenemos que hacer.

-¿Qué piensa de las relaciones entre la prensa y la Policía?

-La prensa tiene que hacer su trabajo y la Policía el suyo. Creo que habiendo una buena armonía y relación no tendríamos problema. En la Policía hay muy buenos profesionales y no tan buenos; entre los periodistas, pasa lo mismo. La credibilidad en todas las facetas de la vida -tanto en lo personal como profesional- es fundamental. Si en un momento se demuestra una personalidad y en otro otra diferente, mal vamos. Te puedes equivocar porque todos somos humanos pero hay equivocaciones que son intencionadas y otras que no son maliciosas. A lo largo de tu vida te vas ganando un prestigio, si empiezas a meter la pata, aunque hayas adquirido un gran reconocimiento, acabas perdiendo toda la credibilidad.

De opositar a Hacienda, a ingresar en la Policía Nacional

Nunca se había planteado ser Policía y menos acabar ejerciendo esta labor en su provincia natal. Circunstancias de la vida, acabó en el Cuerpo y en Lugo. En este chairego vemos un ejemplo de que un Policía no siempre nace, sino que también se hace.

Humilde, discreto, querido por todos y un luchador a pesar de los avatares de la vida, Antonio Villamarín nunca se había planteado ingresar en el Cuerpo hasta que su hermano, seis años mayor que él e Inspector de Policía, le animó a serlo. En principio no le convenció, pero un buen día, en una comida familiar, decidió que en las Fuerzas de Seguridad estaría su futuro. Estudiaba oposiciones para Hacienda, plantó todo y en 1976 ingresó en la Academia.

No era fácil, había 200 plazas y optaban a ellas 5. 000 personas. Quedó en el número 36.

De la Calle madrileña Miguel Ángel -en aquellos años lugar donde se ubicaba la escuela de Policía- al País Vasco. Estuvo seis años en Bilbao al frente del grupo de atracos de la brigada criminal. En aquel entonces, el terrorismo arreciaba y la delincuencia no pasaba desapercibida. A pesar de llevarse algún susto, siguió adelante cumpliendo siempre con su función. Entre sus múltiples actuaciones, se encuentra la desarticulación de bandas con más de 55 atracos a sus espaldas y con homicidios incluidos. Más de una decena de detenciones, recuperación de revólveres y puesta a disposición judicial de los detenidos con armamento incluido.

En 1983 se va a Tarragona donde estuvo al frente de la Brigada de la Policía Judicial. También ejerció de jefe de personal y de gabinete de prensa. Todos los días hacía los partes de las tres Comisarías que tenía Tarragona -Tarragona, Reus y Tortosa- y preparaba uno específico para los medios de comunicación. Por las tardes mantenía una reunión en su despacho con los periodistas.

Nueve años después, le tocó como destino Galicia. Empezó en Vigo, donde permaneció 22 años. Aquí estuvo al frente de varias Brigadas y como jefe de distrito. Entre sus múltiples funciones se encuentra la coordinación del dispositivo de seguridad en convenciones de Ministros de todos los países. El 19 de enero del 2015 llegó a la capital lucense donde ejerce de Comisario y jefe de operaciones en la provincia.