En lo que va de año, 93 personas fueron atropelladas en Lugo. Una falleció en la A-8
06 dic 2016 . Actualizado a las 21:23 h.Sábado tres de noviembre. Ocho y cuarto de la tarde. Sorprendentemente la niebla no invade la comarca de A Terra Chá. Cosa rara. El mercurio marca tres grados. Las temperaturas son bajas pero aceptables para salir a dar un paseo. Hay quien se lía durante la caminata y se mete en la noche de vuelta a casa. También los hay que inician una tertulia en pleno arcén o cruzan a lo loco la vía. No llevan prenda reflectante y es obligatorio. Suponen un peligro porque no se dejan ver en la carretera. Esta irresponsabilidad está penada con 80 euros. Estamos en la segunda fase de la campaña de concienciación y sensibilización que la DGT y la Xunta de Galicia pusieron en marcha. Consiste en el reparto de chalecos a peatones que caminan bajo la oscuridad. La primera fase se desarrolló en el mes de marzo, coincidiendo con la Semana Santa. Ahora se reactivó la campaña coincidiendo con el cambio de horario y con la reducción de horas de luz. Y es que muchos viandantes que realizaban su paseo con luz natural, ahora pasan a hacerlo a oscuras. Acompañamos a una patrulla del subsector de Tráfico de Lugo a este reparto. Acudimos a la carretera que une Rábade con Begonte, concretamente a la parroquia begontina de Trobo, donde hace menos de un mes se producía el atropelló más grave de los últimos meses. Un octogenario era alcanzado por un coche cuando cruzaba de la palleira a su casa. Está enfrente pero hay que cruzar la carretera. No llevaba chaleco reflectante y el conductor que lo atropelló manifestó no haberlo visto. En medio de un estresante y ajetreado sábado para los agentes, y donde por las carreteras de la provincia lucense circulaban más animales salvajes que peatones, dos guardias de Tráfico llegan a la LU- 541. Recorremos esa vía y caminando nos encontramos a Ángel Díaz. Tiene 64 años y vive en la parroquia begontina de Altide, a una distancia de tres kilómetros por donde caminaba. No llevaba chaleco. Los agentes se paran y le recuerdan la obligatoriedad de llevar elementos reflectantes cuando transite por vías interurbanas, fuera de población durante la noche o en condiciones de escasa visibilidad. Una vez impartida la teoría, uno de los agentes le entrega un chaleco.
Perfil fallecido en atropello
El perfil del fallecido por atropello en Galicia corresponde al de una persona mayor de 65 años que viste prendas oscuras y que se mueve por las vías sin llevar puesto ningún elemento visible. Las personas mayores son las destinatarias preferentes de los chalecos que se reparten durante esta segunda fase de campaña. A partir de ciertas edades se producen limitaciones psicofísicas, tales como visión más limitada en un entorno de poca luminosidad, movimientos más lentos a la hora de reaccionar y dificultades para calcular correctamente la distancia a la que se encuentra un vehículo y la velocidad a la que se aproxima.
Galicia, a la cabeza
Además del envejecimiento, la dispersión de la población gallega y un complejo entramado viario, propiciaron que este tipo de accidente sea característico. En este sentido se pretende modificar hábitos de comportamiento para crear conductas seguras. Y es que la media en Galicia se sitúa cinco puntos por encima de la media nacional en lo que a muertos por atropellos se refiere.
Atropellos en la provincia incluyendo Lugo ciudad
En lo que va de año 2016, 93 personas han sido atropelladas en la provincia de Lugo. 80 de los atropellos ocurrieron en la capital lucense y 13 en carreteras de la provincia. A consecuencia de estos arrollamientos, seis personas han resultado heridas graves y un peatón falleció. Este último ocurrió en el mes de marzo, en la A-8, cuando un conductor arrolló a un jabalí que irrumpió en la vía, se bajó del coche y otro conductor lo arrolló.
Velocidades y atropellos. Estudios de accidentalidad indican que, en caso de producirse un atropello: a 80 km/h fallece el 95%; a 50 km/h, el 50% y a 30 km/h, el 5%.