«Comprei un Porsche cos cartos da lotaría, era o meu único capricho pendente»

BECERREÁ

Javier, vecino de Becerreá, se llevó uno de los décimos premiados de A Fonsagrada en Navidad. Parte de esos 400.000 euros, además de a un coche, han ido a «quitarme unhas débedas»
17 ene 2023 . Actualizado a las 10:59 h.Poco a poco, los 180 millones de euros que cayeron en una administración de lotería de A Fonsagrada el pasado 22 de diciembre van haciendo realidad los sueños de los agraciados que se llevaron parte del gordo de la lotería de Navidad. Sin embargo, nadie parece haberse dado todavía un capricho como el de Javier García, dueño de un bar de Becerreá.
Y es que el propietario del bar Cuatro Caminos, ubicado en el centro de la localidad lucense, está invirtiendo ya parte de los 400.000 euros que se llevó hace apenas un mes. El gasto más llamativo, sin duda, es el que ha ido destinado a un Porsche Macan.
Grande, azul brillante y con el caballo de su logo presidiendo el vehículo, no pasa desapercibido en Becerreá. «Non quero que ninguén pense que estou tirando os cartos. O coche é algo que levaba desexando desde hai moitos anos. É o único capricho pendente que quería cumprir», explica García, que sigue trabajando en su negocio como si nada hubiese pasado.
Compró el coche hace unas semanas, pero tuvo que ir hasta Zamora a buscarlo. «Atopeino por Internet e non o había máis cerca. É de segunda man, do ano 2017, e custou cerca de 40.600 euros», especifica el agraciado.
«Este é un coche pra ricos, non pra min!»
El amor por los coches de Javier es indudable. De hecho, ya antes de comprarse el Porsche, tenía tres en propiedad. «Regaleille un a un amigo que estaba sen coche», reconoce el joven becerrense.
«Estíveno pensando moito tempo e mirando as mellores opcións. Compralo novo saía moi caro, así que preferín ir a por un perfil algo máis baixo», cuenta. «Aínda flipo cada vez que o vexo no garaxe. Penso: "Este é un coche pra ricos, non pra min!"», bromea García.
No ha habido más gastos extravagantes en lo que respecta al resto del dinero que ganó Javier hace unas semanas. Al contrario. El otro gran dispendio que ha realizado ha sido un movimiento empresarial, destinado a eliminar una deuda. «Deume moita satisfacción poder quitarme unhas débedas que tiña do bar desde hai tempo. Para estas cousas si que vén marabillosamente que che caian tantos cartos de repente», cuenta el hostelero.
Piensa en el futuro de su hija
El resto del valor del décimo sigue en su cuenta bancaria, a buen recaudo. Y es que Javier mira ya al futuro. «A miña parella e máis eu temos unha nena pequena. Quero aforrar para, cando sexa maior, que ela teña a oportunidade de poder estudar onde queira, marchar a vivir fóra, ir de viaxe...», explica Javier.
El becerrense, además, reconoce que no va a cambiar de estilo de vida. De hecho, «agora penso ser aínda máis agarrado», bromea, y afirma que jamás ha pensado en dejar su trabajo. «Eu estou contento co que teño, non quero cambiar nada. Agora, simplemente, temos a tranquilidade de ter un colchón para o futuro», concluye el lucense.

Otilia Díaz, de la administración de A Fonsagrada: «A pena foi que non nos mandaran máis lotaría!»
Llega el sorteo del Niño, que reparte 700 millones en premios, y los buscadores de fortuna acuden a los lugares a los que la suerte les sonrió en los bombos de Navidad. Los décimos se han despachodo con más alegría en los establecimientos de A Fonsagrada y A Coruña que repartieron buena parte del primer premio el pasado 22 de diciembre.
En el Gaucho Díaz I, la parrillada de O Temple (Cambre) vendieron a clientes y trabajadores treinta series del gordo de Navidad, esperan con ilusión el Niño. «Es difícil que vuelva a tocar, pero también era difícil que nos tocase el gordo, y mira. Así que tenemos ilusión porque la fortuna vuelva a sonreirnos», señala uno de los empleados. Para esta ocasión, la administración la Diosa de la Fortuna de la calle Barcelona de A Coruña, les dio «otro número al azar». «No sé cuántos décimos se habrán vendido, pero se notó el tirón del gordo, y se ha vendido mucho más que otros años», explica el trabajador, que asegura que al igual que sucedió con el sorteo de Navidad, «todos los empleados hemos cogido, al menos, uno».