«O traballo de toda unha vida desapareceu nunha hora»

l.r. / a.l. lugo / la voz

BECERREÁ

ALBERTO LÓPEZ

El fuego obligó a desalojar a los habitantes de las viviendas cercanas

29 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Una columna de humo que en cuestión de segundos se transformó en una intensa humareda negra alarmó ayer a la vecina que alertó al 112 del incendio que calcinó el taller y concesionario de Renault en Becerreá. Dotaciones del GES de Becerreá y Protección Civil de Baleira, además de bomberos de Sarria y Lugo, Guardia Civil y agentes forestales se desplazaron a la nave, situada en la calle Carlos III, en el acceso por la N-VI. «O traballo de toda unha vida desapareceu nunha hora [...] É do que se traballa, o esforzo de toda a familia», lamentó su propietario, José María Díaz. No en vano, en apenas tres horas las llamas convirtieron en cenizas una veintena de coches y furgonetas, además de todo el material almacenado. El negocio familiar fue fundado por el padre del actual dueño, y da empleo a siete personas. A la espera del resultado de las investigaciones que lleven a cabo la policía científica y judicial, ayer nadie se explicaba qué pudo haber ocurrido. Díaz resaltó que la nave industrial, que fue construida en 1983, tenía todas las revisiones en regla -la última, dijo, la pasó en enero-.

El alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, destacó que el primer objetivo fue intentar que el incendio no se propagase a las viviendas que se sitúan en las inmediaciones, y cuyos habitantes fueron desalojados. En la nave había cantidad de material inflamable, como ruedas, combustibles y pinturas, además de botellas de acetileno que fue necesario enfriar a través de un boquete abierto en uno de los laterales del inmueble para que no estallasen.

No pudieron acceder al interior

El humo impidió a los propietarios del concesionario y a los equipos de emergencias acceder al interior, por lo que el fuego tuvo que ser controlado desde el exterior desde un primer momento. Y los daños son cuantiosos, como reconoció Díaz. «Un veciño chamounos para avisarnos de que estaba soando a alarma e saía fume, pero nin sequera puidemos entrar», señaló.

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