Los rastros más frágiles y escasos del Paleolítico gallego

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

BECERREÁ

GRUPO DE ESTUDOS PARA A PREHISTORIA DO NOROESTE (GEPN)

Tres cuevas lucenses concentran toda la industria ósea del noroeste

25 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La aguja de coser encontrada en el yacimiento de Cova Eirós, en Triacastela -la primera que se descubre en Galicia- es una de las escasísimas muestras de herramientas paleolíticas fabricadas en hueso que se conocen en el noroeste ibérico. En el territorio gallego son solo tres los lugares, situados todos ellos en la provincia de Lugo, donde los arqueólogos han podido localizar esta clase de artefactos. Además de Cova Eirós, los únicos yacimientos que proporcionaron estos hallazgos son los de Valdavara, en Becerreá, y Cova da Valiña, en Castroverde.

Las primeras industrias óseas conocidas en Galicia fueron descubiertas accidentalmente en este último lugar en 1962, gracias a una voladura en una cantera de piedra caliza. El director del Museo Provincial, Manuel Vázquez Seijas, recuperó por entonces varias azagayas o armas arrojadizas fabricadas con astas de cérvidos. Hasta que comenzaron las actuales excavaciones arqueológicas en Becerreá y Triacastela -en el 2007- no se volvió a registrar ningún otro hallazgo de este tipo.

Otras azagayas

En el yacimiento de Valdavara, por una parte, aparecieron en la primera fase de las excavaciones varios fragmentos de azagayas fabricadas con astas y huesos, algunas de ellas decoradas con incisiones circulares. En Cova Eirós se descubrió otra azagaya en la campaña arqueológica del 2011, la misma en la que apareció la aguja. El arma está fracturada por sus dos extremos y el fragmento que se conserva tiene una longitud de 110 milímetros. La pieza también está decorada, pero en este caso con un motivo en zigzag formado por tres tramos de cuatro rayas paralelas cada uno. A diferencia de la mayoría de las azagayas paleolíticas, talladas en astas, esta fue fabricada con la diáfisis o porción central de un hueso grande de un animal no identificado. Los arqueólogos señalan el paralelismo formal que presenta este ejemplar con las azagayas descubiertas en Cova da Valiña, aunque estas últimas carecen de decoración.

Las azagayas halladas en los tres yacimientos y la aguja de Cova Eirós conforman prácticamente todo el utillaje óseo conocido en el Paleolítico gallego.