Las bases del pulpo fueron aprobadas otorgándole poder absoluto a Basadre

JOSÉ FERNÁNDEZ LUGO / LA VOZ

BARALLA

A diferencia del año pasado, la edila tiene potestad para resolver los expedientes

04 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las bases para la adjudicación de las casetas y calderas del pulpo del San Froilán para los años 2016, 2017 y 2019, que finalmente consiguió una desconocida empresa de Madrid, fueron cambiadas para retirar algunas exigencias clave para el adjudicatario y, además, tienen acompañado un decreto previo que otorga pleno poder a la concejala Carmen Basadre. El apartado denominado consideraciones jurídicas del aludido documento también incluye aspectos que nada tienen que ver con los incluidos en el año pasado. Ese epígrafe le otorga poder absoluto en la resolución de expedientes de contratación, relacionados con el San Froilán, a la concejala de festejos, Carmen Basadre. La edila públicamente negó cambios en las bases, a excepción de lo referido al aumento del peso de la ración de pulpo, que pasó de 200 a 250 gramos; al precio, que es de 8 euros, y también a las tarifas del pan y de los cachelos. Sin embargo, hubo muchas más modificaciones, y de gran calado.

Las bases de este año del pulpo tienen como prólogo un acuerdo que adoptó el 22 de junio la Xunta de Goberno cuando aprobó la delegación de competencias en la teniente de alcalde Carmen Basadre, que es también la concejala de festejos. ¿Qué significa esa delegación? Pues que la edila es quien tiene la competencia para la resolución «de tódolos actos de trámite e resolutivos dos expedientes administrativos de contratación así como autorización para a utilización do dominio público, relativos ás festas do San Froilán». Ya no es la Xunta de Goberno la que tiene esta amplia facultad sino la concejala. Nada de esto afectaba al concurso el año pasado.

Todo parece indicar, explicaron ayer fuentes jurídicas, que cualquier incidencia relacionada con el concurso de adjudicación de los calderos y casetas pasaría por manos de esta concejala.

Mientras tanto, la misteriosa empresa de publicidad Bruxa Consulting, cuyo representante se olvidó en un primer momento de acompañar el DNI en la oferta presentada, sigue manteniendo silencio al igual que el empleado de una entidad bancaria, Francisco Javier Irimia Carrera, que sin tener nada que ver con la hostelería, se presentó ofertando por todas las casetas, menos una y también por los calderos, un céntimo por debajo de la desconocida empresa madrileña.