Le roban 150 euros a Corsina de Abadín mientras cuidaba las judías

TANIA TABOADA LUGO / LA VOZ

ABADÍN

ALBERTO LOPEZ

La mujer dejó la puerta de casa abierta y al regresar de trabajar se encontró a dos chicos en las inmediaciones

26 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Aprovecharon el momento en el que la propietaria se encontraba en la huerta, ubicada en la parte de atrás de la vivienda, para acceder al interior de su casa y sustraerle 150 euros que guardaba en el interior de una cartera. Ocurrió hace unos días en el barrio de Celeirote, en la parroquia de Fanoi, en el concello de Abadín.

La afectada es Corsina Díaz, una septuagenaria que acudió a colocarle unos palos a las judías y dejó la puerta de casa abierta. Cuando terminó el trabajo y regresó a la vivienda, se encontró con dos hombres en las inmediaciones de la puerta. «Dixéronme que viñan arranxar uns papeis da luz e que tiña que asinar uns documentos, pero casualmente non tiñan nin unha carpeta con documentación na man. Díxenlles que non asinaba nada a pesar da súa insistencia», relata la afectada, convencida de que al verse sorprendidos con su presencia, alegaron que eran revisores de electricidad.

Una vez que la propietaria les advirtió que no iba a firmar ningún papel, los hombres se marcharon y huyeron en un coche que se encontraba escondido en las inmediaciones de la vivienda.

«Cando entrei na casa tiña o moedeiro cos 14 euros pero faltábanme os 150 euros que tiña noutra carteira», relata esta mujer, que sospecha que los dos hombres venían mandados por alguien de su entorno y que conoce su forma de vida.

Jóvenes y en chándal

Corsina Díaz define a los dos individuos como dos jóvenes que no superan los 30 años, vestidos de forma informal (chándal y sudadera), uno de tez muy morena y otro con piel más clara. Indica además que hablaban gallego, unas características que no coinciden con las de otros estafadores que describían hace meses víctimas de Xermade y Vilalba.

Es la primera vez que le sucede algo así. «So veu unha vez a gitanería e leváronme unha prancha de cociña e unha sulfatadora de cobre», recuerda la afectada, que a partir de ahora tomará medidas.