Una quiniela con muchas variantes
Fueron solo 40 pesetas pero acabaron en 208 millones, el mayor premio hasta entonces en este sorteo en España. Su quiniela estaba llena de variantes, con cinco doses y cuatro equis. Sin lugar a dudas la derrota del Barsa en casa ante el Betis de Cardeñosa por 1-3 o la derrota del Valencia de Kempes en Valladolid por 2-0 jugaron a su favor. Resultados ilógicos que en ocasiones convertían a personas humildes como Legaspi en millonarios y famosos. Él dijo que la había hecho sin mirar, salvo el empate del Sporting de Gijón en Almería, por aquellos de asturianos y gallegos, primos y hermanos.
A partir de ese momento llegaron las fiestas, la moda, los reconocimientos pero, a la vez, como en tantas ocasiones, los sinsabores, las medias verdades y los fracasos. Él siempre manifestaba que no era tanto como se decía, que nunca le había faltado dinero, pero a la vez fueron varios los proyectos que le fueron ruinosos. Más allá de que en los primeros días de millonario le compró un coche nuevo a cada uno de sus cuatro hermanos y se le podía ver en fiestas de todo tipo por el Madrid de los ochenta, los negocios le dieron algunos disgustos y problemas con la Justicia. Un antiguo empleado de su granja lo denunció por agresión y fue condenado inicialmente a ocho meses de prisión. La sentencia declaró probado que el millonario golpeó a su antiguo empleado.