Fallece Ángel Legaspi, el millonario de la quiniela

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

A PASTORIZA

PEINO

El 26 de octubre de 1980 este lucense, afincado en Narón, ganó 208 millones de pesetas, convirtiéndose en una figura popular en toda España

26 jun 2022 . Actualizado a las 09:59 h.

La vida de millonario de Ángel Legaspi hacía años que ya se había muerto, pero su vida se apagó el pasado día 23. Su figura formó parte de las imágenes de la transición, de aquella España que quería avanzar pero a la vez seguía apegada a lanzar al estrellato a personas comunes ante hechos extraordinarios. El 26 de octubre de 1980, Ángel Legaspi, nacido en A Pastoriza en 1944, saltó a la fama en toda España por poseer una quiniela de 14 aciertos y llevarse 208 millones de pesetas (más de un millón de euros de la actualidad).

La vida de este lucense afincado en Narón en los últimos años, donde vivía con una hija y sus nietos, dio demasiadas vueltas y como el mismo explicó en varias ocasiones, no siempre supo rodearse de las compañías adecuadas, ya que muchos se quisieron aprovechar de su fortuna: «Houbo moita xente que se aproveitou de min», explicaba en una entrevista en el 2015 a La Voz.

Legaspi emigró a Suiza con 16 años y más tarde se trasladó a Luxemburgo. Como buen emigrante gallego trabajó de todo. Tras conocer en Suiza a su esposa Carmen Fernández, regresaron a Galicia y se instalaron en un piso en la Rúa Río Narla de Lugo. Cuando estaba a punto de cenar en la noche del 26 de octubre de 1980 se enteró por el telediario de que era millonario. Le temblaban las piernas y tenía nervios en el estómago. No se lo podía creer. Bajó a un bar para comprobar los resultados y volvió a casa. Al poco tiempo le atacó el miedo cuando apareció en su domicilio la Policía Local para buscarlo. Pensaba que lo iban a llevar detenido porque había prestado el coche a unos amigos y estos se metieron en un follón. Lo que querían los policías era llevarlo para entrar en antena en directo con el rey de la noche deportiva de entonces, José María García, que quería entrevistarlo.

Una quiniela con muchas variantes

Fueron solo 40 pesetas pero acabaron en 208 millones, el mayor premio hasta entonces en este sorteo en España. Su quiniela estaba llena de variantes, con cinco doses y cuatro equis. Sin lugar a dudas la derrota del Barsa en casa ante el Betis de Cardeñosa por 1-3 o la derrota del Valencia de Kempes en Valladolid por 2-0 jugaron a su favor. Resultados ilógicos que en ocasiones convertían a personas humildes como Legaspi en millonarios y famosos. Él dijo que la había hecho sin mirar, salvo el empate del Sporting de Gijón en Almería, por aquellos de asturianos y gallegos, primos y hermanos.

A partir de ese momento llegaron las fiestas, la moda, los reconocimientos pero, a la vez, como en tantas ocasiones, los sinsabores, las medias verdades y los fracasos. Él siempre manifestaba que no era tanto como se decía, que nunca le había faltado dinero, pero a la vez fueron varios los proyectos que le fueron ruinosos. Más allá de que en los primeros días de millonario le compró un coche nuevo a cada uno de sus cuatro hermanos y se le podía ver en fiestas de todo tipo por el Madrid de los ochenta, los negocios le dieron algunos disgustos y problemas con la Justicia. Un antiguo empleado de su granja lo denunció por agresión y fue condenado inicialmente a ocho meses de prisión. La sentencia declaró probado que el millonario golpeó a su antiguo empleado.

La figura de Legaspi se fue apagando en la medida en que se gastaba su fortuna. De vez en cuando volvía a recordarse cuando se daban a conocer nuevos premios millonarios de la quiniela y en los orígenes de la primitiva o el bonoloto. Pero esos nuevos ganadores no cayeron en el error de Legaspi, y fueron más anónimos. Sus vecinos de Crecente, en A Pastoriza, le fueron perdiendo la pista. Se asentó en Vosa (Narón), con su pensión de 1.300 euros y seguía sellando quinielas.

Fue el pasado jueves 23 cuando falleció a los 78 años en Ferrol. Su funeral se celebra este sábado 25, a partir de las seis de la tarde, en la iglesia parroquial de San Salvador de Crecente, en A Pastoriza.