Estas guardias sí que son de armas tomar

tania taboada LUGO / LA VOZ

A PASTORIZA

ALBERTO LÓPEZ

Loli de 49 años y Mayra de 35, son las únicas mujeres en la SIR y en sus Cuarteles

30 oct 2017 . Actualizado a las 23:47 h.

Dotadas de una personalidad totalmente opuesta pero con una coincidencia en aspectos clave para un entendimiento y una unión inmejorable, a Loli Neira (Lugo, 1968) y a Mayra Rojo (Abadín, 1982), solo las separan catorce años en el tiempo y unos 65 kilómetros de distancia que hay entre sus puestos de trabajo.

Profesionalmente, a ambas las une su total vocación de servicio público, su trabajo como agentes de seguridad ciudadana en sus respectivos cuarteles y su integración en la SIR. Son las únicas guardias de la provincia de Lugo que pertenecen a la unidad de élite de la Benemérita, donde ya están «bautizadas» con sus respectivos motes: Loli es «la mamá» y Mayra es «la niña».

Si la primera ingresó en la Guardia Civil en el año 1995 y desde hace siete años presta servicio en la unidad de seguridad ciudadana en el cuartel de Guntín, la segunda entró en el Cuerpo en el año 2004 y desempeña su trabajo en la misma unidad, pero en A Pastoriza, donde es incluso la segunda más antigua del puesto.

ALBERTO LÓPEZ

Extrovertida y de acción

Loli Neira quiso ser guardia desde muy joven. Su gusto por esta profesión le viene de una herencia familiar frustrada. Su padre quiso ser guardia pero no pudo. Pero como en toda circunstancia que surja, Loli siempre busca soluciones positivas a todo. Y en esta ocasión, le dijo a su progenitor que ella estudiaría para ejercer de guardia. Una porque le gustaba y otra por honor a su padre. Estudió la oposición e ingresó en el Cuerpo en 1995. Tras salir de la academia de Guardias y Suboficiales de Baeza, estuvo de eventual durante un año y medio en Valencia, donde intervino en importantes operaciones como la ruta del Bakalao. En una ocasión, un atraco a un banco en la capital valenciana, y donde el diálogo no cuajaba, hizo que tuviera que sacar el arma.

Tras seis años ejerciendo sus trabajos en dos cuarteles de Zamora (Puebla de Sanabria y Manganeses), pisó tierra gallega: cuatro años en Foz, otros cuatro en Castro de Rei y desde hace siete en Guntín. En la Sección de Intervención Rápida entró cuando el teniente Francisco Suárez cogió las riendas, es decir, hace tres años. «Pertenecer a la SIR es ser consciente de que estés donde estés tienes que estar preparada para recibir una llamada, coger las cosas y estar lista en diez minutos», indica Loli que fue precisamente quien convenció al que ahora es su jefe en la Sección de Intervención Rápida para que se preparara para guardia. «Me encanta la acción y las actuaciones que se desarrollan en la SIR; además el teniente sabe muy bien cuándo y cómo hay que actuar en la situación que se plantee», considera Loli.

Tímida y muy responsable

Mayra Rojo tenía trece años cuando le comunicó a su madre que sería guardia. Una decisión que su primogénita vio apresurada y le aconsejó esperar hasta alcanzar la mayoría de edad y con los estudios básicos ya cumplidos. «Díxome que estudara ata os 18 anos e así o fixen. Ós 21 anos aprobei a oposición e tras estar un ano no Cuartel de Vegadeo, fun para Casalarreina, en La Rioja, onde estiven un ano e oito meses traballando en seguridade ciudadana. En marzo do 2008 cheguei á A Pastoriza e aquí sigo», relata Mayra. En cuanto a su presencia en la SIR, Mayra es una de las más veteranas en esta sección. Lleva aquí al poco de aterrizar en el puesto de A Pastoriza. «Encántame a SIR porque aprendes moitas cousas e son actuacións que se saen do meu traballo cotiá. En canto á unidade de seguridad ciudadana, considero que é o mellor lugar para actuar como garda porque permíteche facer de todo e non só centrarte nunha actuación específica como pasa no resto das unidades coas que conta a Garda Civil», opina Mayra, que indica que lo que más le gusta son las labores burocráticas. No sorprende que esta guardia se decante por los trabajos de oficina o llamados en la benemérita «de puertas». Es una joven introvertida y muy observadora, aunque detrás de esa timidez y rostro serio se encuentra una gran y sensible mujer. «Creo que o mellor traballo é o que non sae á luz. Detrás dese afán polas estatísticas están outras labores que considero moito mais importantes e que están na sombra», opina.