Llegó la manta con prendas de 229 euros a 40

Xosé Carreira LUGO/ LA VOZ

A PASTORIZA

X. C.

La policía vigiló toda la mañana a los vendedores, pero a la hora de comer pudieron montar el mercadillo

13 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Finalmente, hubo manta en el San Froilán. No llegó a los niveles de las épocas de Ramón Ferreiro que, guste o no, echan de menos muchas personas que acudían a la fiesta y tenían como visita indispensable un recorrido, más o menos exhaustivo, por los puestos atendidos mayoritariamente por africanos.

Ayer, manteros y policías locales jugaron al gato y al ratón en las cuestas del parque. Dos agentes frente a una docena de manteros con sus bolsas repletas de mercancías. Ganaron los agentes, que no dejaron desplegar ni una sola manta durante toda la mañana. Los vendedores esperando y los agentes que no marchaban. Y así fue hasta las dos y pico de la tarde. A esa hora llegó el cambio de turno y abrió sus puertas con gran expectación el «centro comercial Garañón», como así dijo un paisano que lamentó: «Non dou feito, porque quérolle comprar unhas zapatillas destas ao meu neto e teño que mandarllas axiña polo “guasá”, non vaia ser o demo que veñan e lles fagan levantar todo». Durar no se sabe cuánto durarán, pero desde luego el calzado daba perfectamente el pego y en algunos casos había compradores que marchaban más satisfechos con la compra que si les hubiese tocado un cupón de la Once.

«Un San Froilán sen manteiros, non é San Froilán. Que digan o que queiran. E xa vistes que cando os votaron de Ramón Ferreiro moita xente perdeu o interese pola feira», dijo una mujer de A Pastoriza que compró en la rúa da Raíña un bolso con la marca Bimba y Lola por 13 euros. «Pediume -explicó la mujer- 15 e finalmente deixoumo por 13 sen regateo ningún».

Los manteros se repartieron entre el parque, algunos puntos de García Portela, Bispo Aguirre e incluso Raíña. Era tan fugaz su presencia que si se hacía un recorrido de ida y vuelta, estaban en el primer itinerario pero ya no en el segundo.

Este año hubo dos artículos que encabezaron el top manta. El calzado, con zapatillas de conocidas marcas y los canguros para el invierno de la marca italiana Napapijiri (que vende sus prendas con la bandera noruega) que tienen un precio oficial de 229 euros y que se despacharon a 40. Algo similar ocurrió con las zapatillas Nike Air Max que se consiguieron a mucho menos de mitad del precio que tienen en algunos portales de Internet.

La música pirateada: 1 CD, tres euros; 5, cinco euros.