Cuidado al pisar el acelerador en el tramo final de la A-8

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

A PASTORIZA

ALBERTO LÓPEZ

Hay tres radares de tramo en menos de 50 kilómetros, frente a distancias mayores sin esa vigilancia

21 ene 2017 . Actualizado a las 13:06 h.

Los anuncios de la colocación de dos nuevos radares de tramo en la A-8 han aparecido, con varios meses de diferencia, como principales novedades concretas de una autovía en la que una actuación muy esperada, la aplicación de medidas contra la falta de visibilidad en el entorno de O Fiouco (A Pastoriza), no llegado todavía a la fase de compromisos concretos. Una vez entren en servicio los dos nuevos radares, habrá tres en apenas 50 kilómetros, dentro de los últimos 100 kilómetros de la transcantábrica.

 EL ESPACIO MÁS VIGILADO

Otro cerca de O Fiouco. En el pasado verano empezó la colocación del radar que controlará la velocidad en 4,7 kilómetros de la ascensión a O Fiouco: el cartel indicador está situado poco antes de llegar al kilómetro 545, tras haber quedado atrás el acceso de Curros (Mondoñedo). El radar, para cuya entrada en servicio no hay todavía una fecha fija, vigilará el tráfico en sentido Vilalba. Desde finales del 2014, en esa zona hay un radar de tramo: controla el tráfico, en sentido Asturias, en un total de nueve kilómetros -empieza en el kilómetro 549, en la ascensión de A Xesta hacia O Fiouco, y acaba en el 540, ya en el municipio de Mondoñedo-.

 UNA FRONTERA SUPERVISADA

También en el Puente de los Santos. El viaducto que salva la ría de Ribadeo es el emplazamiento elegido para el nuevo radar de tramo, con la salvedad de que controlará la circulación durante un kilómetro en los dos sentidos, a diferencia del que ya funciona y del que funcionará en el entorno de O Fiouco. Aunque no hay aún fecha concreta para que se ponga en servicio, ya se colocaron los respectivos paneles informativos: tanto si se circula en sentido Galicia como si se avanza hacia Asturias, aparecen poco antes de entrar en el puente.

  GRAN DISTANCIA

150 kilómetros desde el anterior. El automovilista que atraviesa Asturias de este a oeste, por la A-8, circula 150 kilómetros sin encontrar un radar de estas características. Hay uno, cerca de Villaviciosa, que vigila la velocidad en un kilómetro, del 354 al 355, en sentido creciente, hacia Galicia. Hasta llegar al kilómetro 504 -municipio de Castropol, antes de entrar en el Puente de los Santos-, no hay ninguno más. Si se circula en sentido decreciente, de Galicia a Asturias, la señal que informa de un radar de tramo aparece en el municipio ribadense, en el kilómetro 503; pero luego se recorre todo el tramo asturiano de la A-8 sin hallar ninguno más. En Cantabria no hay ningún radar de estas características. En las tres sí hay, por otra parte, radares fijos.

 MATICES

Distintos límites. El tramo de la A-8 a la altura de Villaviciosa vigilado por un radar tiene la velocidad limitada a 90 kilómetros por hora. En el puente de los Santos, por su parte, se puede circular a 120 por hora. En el tramo de subida de A Xesta a O Fiouco controlado por radar, el límite está en 100 por hora; y en el tramo de subida de Mondoñedo a O Fiouco donde funcionará otro radar, se recomienda no pasar de 100. En esa zona de la transcantábrica hay señales que informan de la prohibición de circular a más de 80 por hora si las condiciones meteorológicas son adversas. Los 16 kilómetros que van de Arroxo (Lourenzá) a A Xesta (Abadín) sufren periódicos cortes por niebla.