«Me pasó algo increíble», dice el hombre que secuestró a unos granjeros con una lanza casera

X. Carreira lugo / la voz

A PASTORIZA

El acusado aceptó 9 años de cárcel y deberá estar alejado de las víctimas al menos 50 kilómetros

19 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Quiero disculparme. Me pasó algo terrible». Estas fueron las pocas palabras que pudo pronunciar en castellano el hombre que secuestró a unos granjeros de A Pastoriza con una lanza casera. A. E. reconoció los hechos y aceptó nueve años de cárcel en el juicio programado para ayer en la Audiencia Provincial de Lugo. No podrá acercarse a las víctimas a una distancia inferior a los cincuenta kilómetros.

Un traductor auxilió a la víctima en el juicio de ayer, sin embargo esta persona apenas tuvo trabajo porque el acusado no tuvo que declarar al aceptar la pena pactada por su representación legal con el fiscal. Las víctimas del secuestro fueron quienes entre 2008 y 2011 le dieron trabajo en su explotación agrícola. Las dos personas permitieron que el hombre utilizara una vivienda colindante a la granja aún incluso después de haber cesado la relación laboral con ellos.

El 23 de mayo de 2014, la esposa del propietario de la granja fue a las proximidades de la casa que utilizaba el acusado para guardar unas gallinas. Al verla, A. E., salió del interior de la vivienda esgrimiendo una lanza que hizo con un palo y un cuchillo de 30 centímetros de hoja. Con este instrumento acometió a la mujer a la que golpeó en varias ocasiones. Colocándole la parte cortante del artilugio en el vientre, la obligó a entrar a la fuerza en casa y allí la retuvo. Cerró la puerta atravesando una tabla de madera para que no saliera.

El esposo de la mujer, sorprendido por la tardanza en que esta regresara a casa, salió en su búsqueda. Se encontró con la puerta de casa cerrada. Forcejeó insistentemente hasta que logró abrirla. Dentro halló a su esposa ensangrentada sentada sobre unos sacos. En ese momento, el acusado sacó la lanza y obligó a los dos granjeros a caminar hacia su propia vivienda. Una vez dentro, los encerró con llave y no permitió que salieran. Después de varias horas de encierro una de las víctimas pidió al secuestrador que le permitiera salir de la vivienda y este accedió. Sin embargo no consintió que saliera la otra persona secuestrada hasta que, sobre las doce de la noche, llegaron los agentes de la Guardia Civil.

Como consecuencia de los hechos, la mujer secuestrada tuvo lesiones en varias partes del cuerpo. Tardó en curar 90 días de los cuales 20 estuvo impedida para sus ocupaciones. Su asistencia supuso unos gastos al Sergas de casi tres mil euros.

El fiscal pedía inicialmente para el acusado una pena de 14 años. Ayer introdujo algunas modificaciones para rebajar notoriamente su petición. Suprimió la afirmación de que el acusado había dicho a la mujer que la iba a matar, lo que supuso la retirada la acusación por un delito de amenazas.

Finalmente, el hombre implicado en los hechos aceptó una pena de tres años de cárcel por lesiones. Esta pena lleva implícita también ocho años de alejamiento de las víctimas. Además, por el delito de detención ilegal de la mujer aceptó otros cuatro años de prisión y ocho de alejamiento. Por el mismo delito, pero referido al esposo de la víctima, dos años de cárcel y siete de alejamiento.

La medida de alejamiento implica que A. E. tendrá que estar a cincuenta kilómetros de distancia de las víctimas. Esto supone que no podrá residir en la zona de Terra Chá.

El fiscal pedía inicialmente que el acusado pagara a la mujer a la que secuestró 10.000 euros por las lesiones sufridas. Las víctimas son de edad avanzada.

El incidente ocurrió en mayo del año pasado en una explotación de A Pastoriza