La historia del campo de fútbol fonsagradino da para escribir un buen capítulo. Durante mucho tiempo, el terreno estuvo en Os Chaos, pero llegó el momento de hacer una escuela hogar y ese inmueble cerró durante mucho tiempo, por lo menos cuarenta años, la historia futbolística del municipio. No había otra parcela llana y de dimensiones adecuadas para permitir que los equipos pudieran seguir jugando. La única posibilidad era preparar un terreno en Barbeitos, que está a cinco kilómetros de la actual capitalidad municipal.
«Temos campo de fútbol grazas a Besteiro», aseguran algunos aficionados. Se refieren a José Ramón Gómez Besteiro, el socialista que fue presidente de la Diputación en el anterior mandato. Dicen que tiene buena querencia por A Fonsagrada y se preocupó de que hubiera un terreno de juego. Para conseguirlo fue habilitado un espacio en el Coto da Predreira. La llegada del campo hizo que el municipio volviera a tener representación en las competiciones futboleras.
Muchos fonsagradinos recuerdan perfectamente que el padre de Besteiro fue revisor del coche de línea que iba a Lugo. Su hijo, de pequeño, posiblemente le acompañó en algunos viajes y, de ahí, su interés . El campo fue objeto de promesas electorales. Algunos lo anunciaron e incluso prometieron ponerle porterías. Algún vecino poco futbolero expuso públicamente: «E para que queremos campo de fútbol se non hai quen xogue!»
A falta de terreno de juego y también debido a la severidad de climatológica durante muchos meses del año, el fútbol sala tuvo también mucho predicamento en el municipio. De hecho hay buenos jugadores fonsagradinos en esta especialidad como es, por ejemplo, el caso de Isma Sanmartino Obarrio, que juega en el Parrulo de Ferrol.