Andrea Raña, ginecóloga: «Está bien caminar, correr o hacer zumba, pero en la menopausia hay que hacer ejercicios de fuerza»

LUGO

La especialista del HULA imparte este jueves una conferencia sobre los síntomas y tratamientos que pueden ayudar en esta etapa. «Se piensa que es como el fin de tu vida como mujer y que a partir de ahí no puedes disfrutar de una sexualidad plena, por ejemplo», explica
08 may 2025 . Actualizado a las 09:16 h.La menopausia es un tsunami de cambios tanto a nivel físico como emocional. Sin embargo, no siempre se tratan desde la naturalidad. «Hay mucho tabú, se mantiene esa idea en el colectivo que que es como el fin de tu vida como mujer, hay mucho arraigo en la creencia de que a partir de ahí no puedes disfrutar de una sexualidad plena, por ejemplo», explica la ginecóloga del HULA Andrea Raña. Junto a la también ginecóloga Laura Varela abordará este jueves —a partir de las 18.00 horas en O Vello Cárcere— una conferencia como parte del ciclo Saúde Feminina del Concello sobre los síntomas y tratamientos para dar visibilidad a esta etapa.
—¿Cuáles son los síntomas más comunes?
—Los más asociados a la menopausia son sobre todo el insomnio, los sofocos y las alteraciones de la regla, pero luego a nivel físico hay un montón de síntomas que igual son un poco más desconocidos desde alteraciones de la piel, mayor propensión a la caída del pelo o alteraciones cardiovasculares
—También tiene un impacto a nivel emocional.
—Sí. Efectivamente la disminución de los estrógenos que ocurre durante esta etapa afecta a nivel cognitivo, a la memoria y a la parte del cerebro en el que se procesan las emociones. Se da, por ejemplo, la niebla mental, que es esa capacidad para concentrarse. Pero también actualmente atravesar esta etapa es cada vez más complejo. Hace 50 años la mujer menopáusica no era la misma mujer que hoy, antes era una mujer que ya había tenido hijos, eran mayores y probablemente ella ya misma se veía en un momento de su vida más acorde. Ahora una mujer de unos 49-50 años tiene hijos adolescentes, está en pleno apogeo de su trabajo, con unas circunstancias sociales y familiares probablemente más diferentes
—¿Cuándo aparecen esos primeros síntomas?
—Realmente la media en España son los 51 años, pero podría aparecer en cualquier momento, de hecho hay lo que llamamos menopausia precoz, que es cuando aparece por debajo de los 40.
—¿Sigue habiendo muchos estigmas?
—Hay muchos y son más acusados dependiendo de que en grupos te mueves. Es algo que veo en la consulta, no es lo mismo una mujer de 49 años urbanita que está más habituada a hablar del tema que a una mujer del rural que —y esto es una generalización— suelen ser más pudorosas. Veo que a mujeres, igual no aquellas que están entrando en la menopausia, pero sí de más edad, por ejemplo a partir de los 70, que nunca te van a hablar de la sexualidad, de que tienen dolor con las relaciones o sequedad vaginal. Siempre tienes que ser tú el que indagues.
—Quizás por falta de información.
—Hay mucho desconocimiento, por ejemplo con respecto a los desajustes menstruales. Pensamos que la menopausia es que un día se me va la regla y ya no vuelve y no es así en todos los casos. Muchas veces es todo lo contrario, de repente igual sangro dos veces al mes o mis reglas que eran completamente normales ahora son muy abundantes. Hay mujeres que vienen realmente alarmadas pensando que les pasa algo malo, cuando no deja de ser un síntoma más en este caso más de la perimenopausia.
—¿Cuál suele ser la mayor preocupación en la consulta?
—Una de las cosas por la que peor lo pasan son los sofocos, creo que es lo que más les afecta a su calidad de vida, que no puedan controlar cuando les vienen o que estén en un momento en el que no les debería de pasar y les pasa. También depende de la paciente, porque igual algunas no los tienen y a lo mejor lo que más les molesta es la atrofia de la vagina o la sequedad.
—¿Qué hábitos saludables pueden ayudar?
—Lo de siempre, seguir una alimentación saludable y sobre todo hay una cosa con la que soy muy pesada y es que hay que hacer ejercicios de fuerza. A veces se lo digo a una mujer de 67 años y me mira extrañada, pero con la menopausia hay un montón de cambios sobre todo a nivel cardiovascular, en el metabolismo de los lípidos, hay una tendencia a tener el colesterol más alto aunque se coma bien, aumenta mucho la pérdida de hueso y disminuye la renovación. De lo que más se beneficia todo eso son de los ejercicios de fuerza. Está muy bien caminar, salir a correr o hacer zumba, pero hay que ganar músculo porque el músculo es el mejor regulador metabólico que existe.
—¿Qué opciones de tratamiento existen?
—Cada mujer en función de su perfil puede tener un tipo distinto de tratamiento, pero seguimos teniendo un poco lo que es la base que sería la terapia hormonal que puede ser oral a nivel sistémico o localizada, por ejemplo, para tratar la atrofia de la vagina en forma de parches. Esto es importante que se sepa porque cuando vas a la consulta del ginecólogo en la sanidad pública no tienes todo el tiempo de contarles estas cosas, pero si ellas van orientadas quizás se pueda dirigir más el tratamiento.
—¿Y en cuanto al tratamiento no hormonal?
—Depende del síntoma que queramos tratar, si son los sofocos se pueden tratar con antidepresivos o con medicaciones destinadas a tratar otras patologías, como la que se emplea para tratar convulsiones o para la vejiga hiperactiva. Luego hay también complementos alimenticios, como el lúpulo o los fitoestrógenos, y si bien es cierto no son una panacea en el sentido de que no te van a dejar como si tuvieras 35 años, pero sí pueden ayudar a disminuir la sintomatología.
—¿Qué opina de la medicina regenerativa?
—Es algo que está muy de moda y yo le tengo mucha fe, probablemente sea el futuro. El láser, la radiofrecuencia o el plasma rico en plaquetas están teniendo muy buenos resultados, pero más limitados a lo que es la atrofia vulvovaginal, porque no le va a quitar los sofocos.