¿Qué productos pueden tener un certificado ecológico y por qué debemos comprobar que lo tienen?

Lucía Campos / M.G. LUGO / LA VOZ

LUGO

Cualquier operador gallego que produzca, prepare y distribuya productos ecológicos, deberá notificar su actividad al Craega
Cualquier operador gallego que produzca, prepare y distribuya productos ecológicos, deberá notificar su actividad al Craega CEDIDA

El certificado del Craega sirve como carné de garantía, acreditando que un producto es ecológico y cumple la normativa

18 ago 2023 . Actualizado a las 16:47 h.

Los productos ecológicos tienen numerosos beneficios para el medio ambiente, además de que fomentan una alimentación más sana y contribuyen a la salud del suelo y al bienestar de los animales. Pero no todos son certificables y cualquier operador gallego que produzca, prepare y distribuya productos ecológicos, deberá notificar su actividad al Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega) y someter su empresa a un régimen de control establecido en base a la normativa europea.

El sello de garantía Craega es la etiqueta que demuestra que el alimento fue producido de manera respetuosa con el medio ambiente sin la intervención de elementos, componentes o procesos químicos. Y además, que tiene su origen en Galicia. Se obtiene después de demostrar de manera fidedigna que el producto es totalmente ecológico, con controles en cada fase de la producción, elaboración y comercialización cumpliendo con la normativa.

¿Qué productos se pueden certificar?

Se pueden certificar aquellos productos definidos en la normativa europea: productos agrarios de origen animal o vegetal no transformados o transformados para ser utilizados para la alimentación humana; piensos; material de reproducción vegetativa y semillas para cultivo; levaduras destinadas al consumo humano o animal; productos de la acuicultura ecológica (peces, algas y moluscos).

Actualmente hay alrededor de 1.800 productos certificados con el sello Craega de diferentes familias: productos vegetales, lácteos y derivados, carnes y derivados, conservas de pescado, productos del bosque y cosecha silvestre, huevos y derivados, piensos y alimentación animal, acuicultura y recogida de algas... Los productos provenientes de la pesca extractiva y de la caza quedan fuera de esta certificación. 

Este sello de garantía ecológica otorga una clara ventaja competitiva, contribuyendo con su valor añadido y garantizando a los consumidores que se trata de un producto de alta calidad, sin aditivos sintéticos, sin pesticidas y con métodos de producción respetuosos con el medio ambiente. 

Los productos que llevan el sello del Craega tienen un carné de garantía. La certificación es el único amparo legal que acredita la compra de un producto ecológico que cumple las normas. Además de los controles oficiales que se efectúan a todos los alimentos, los ecológicos son objeto de una certificación adicional que verifica la autenticidad de su origen y su trazabilidad. Este certificado tiene una fecha de validez máxima de 18 meses, lo que requiere una renovación constante siempre que los informes sean positivos.

¿Puede llevar el sello un producto que no haya sido producido en Galicia?

El Craega certifica el proceso de producción de la agricultura ecológica en cualquiera de sus fases: producción, transformación, envasado y comercialización, pero puede certificar todas las etapas o solo una. Además, a diferencia de otros controles de calidad como la Indicación Geográfica Protegida (IGP) o la Denominación de Origen (DO), no solo limitan su labor a los productos que proceden del territorio. 

Esto sucede por ejemplo con las empresas comercializadoras. Si está inscrita en el Consello y tiene su domicilio social en la comunidad gallega, puede adquirir un producto a granel con su correspondiente certificado ecológico de origen para envasarlo y etiquetarlo con sus datos. Pero para que ese producto salga a la venta como orgánico, se debe certificar que todas las fases del proceso han sido controladas rigurosamente. El papel del Craega en este caso es certificar que la cadena se cierra conforme estipula la normativa europea vigente y, cuando los auditores corroboran que se ajusta a las reglas, se activa el proceso para expedir el sello.