El eslalon hacia el Celta de Lucas Fanego

Iván Díaz Rolle
IVÁN ROLLE VIVEIRO / LA VOZ

LUGO

A sus 17 años, disputó 24 partidos con el Viveiro en Tercera. En la imagen, ante el Celta C Gran Peña en Cantarrana.
A sus 17 años, disputó 24 partidos con el Viveiro en Tercera. En la imagen, ante el Celta C Gran Peña en Cantarrana. PEPA LOSADA

Llegó al Viveiro cuando el Lugo prescindió de transporte para sus joyas mariñanas e inició lesionado el curso en que brilló en Tercera con 17 años y sedujo a los vigueses

03 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Lucas Fanego Gómez (San Román, O Vicedo, 2005) afronta la vida como los partidos de fútbol; sin miedo a encarar obstáculos. En pocos días resolverá en la ABAU un futuro universitario que pasa por INEF o ADE y, mientras, sigue forjando una buena carrera futbolística. Tras impresionar al Celta —con el que firmará un contrato el próximo 8 de julio, cuando cumpla la mayoría de edad— por su desempeño con el Viveiro en la Tercera Federación, quiere contribuir al ascenso del juvenil a la Liga Nacional en sus últimos servicios con la camiseta celeste del club mariñano. Este sábado afrontan la vuelta de las semifinales frente al Boiro, con el que igualaron 0-0 como locales.

Es el «ilusionante» epílogo a una temporada de innegable madurez para el atacante vicedense, al que el Lugo dejó escapar cuando era infantil. La inició lesionado, se consolidó en el primer equipo con apenas 17 años, lloró un descenso que luego fue rectificado y se ganó una oportunidad en A Madroa. «Arrastraba una lesión en el calcaño del año pasado y ya forcé para jugar la fase de ascenso. Con el parón del verano, parecía que iba bien y comencé la pretemporada con los mayores, pero al segundo entrenamiento ya noté un dolor muy intenso y continuo y tuve que volver a parar», relata.

«Fue un palo gordo porque el equipo estaba haciéndose casi desde cero y pensaba que ya no iba a tener oportunidades, pero, cuando me recuperé, en septiembre, Alberto (López) volvió a llamarme», explica un futbolista que, poco a poco, fue haciéndose un hueco en la rotación del conjunto de Tercera. Acumuló 24 partidos, siete titularidades e, incluso, un gol en la última jornada, cuando perdieron 3-1 frente al Atlético Arteixo y «lloraron» el descenso a Preferente, luego evitado por el cambio de formato a 18 equipos.

Durante la campaña regular, Fanego apenas participó en 12 partidos con el cuadro juvenil de Liga Gallega, al que aportó ocho tantos. «Era la primera vez que jugaba en un equipo sin estar rodeado de mis amigos y el nivel de los entrenamientos es mucho más alto, pero me aceptaron muy bien y pronto pillé confianza. El salto de nivel es una barbaridad. Lo notas en los choques con los rivales, en que tienes que estar activo todo el tiempo, las segundas jugadas son mucho más duras...», explica un chaval acostumbrado a desnivelar los duelos partiendo de la banda izquierda, a pie cambiado, aunque con cualidades para actuar en cualquier posición del ataque.

«De pequeño jugaba en el medio y cuando fiché por el Lugo también era centrocampista, pero cuando vine al Viveiro había buenos jugadores en esa posición y empezaron a ponerme de delantero. Donde más cómodo me sentí siempre fue de mediapunta, me gusta recibir entre líneas, girarme... Pero sé que tengo que adaptarme a lo que me pida el entrenador», explica un joven cuyo nombre resuena entre las mejores promesas del fútbol lucense desde hace años, pero ha tenido que superar notables obstáculos.

Reclamado por selecciones gallegas desde sus inicios en el Praia de Covas, la aventura de Lucas Fanego en el CD Lugo fue efímera porque el club albivermello prescindió del transporte que recogía a sus promesas mariñanas para los entrenamientos y partidos. «Nos pusieron un bus que salía de Lugo e iba recogiendo a varios jugadores de A Mariña hasta la entrada de la autovía en Barreiros. Lo quitaron y justo me llamaron del Viveiro para jugar con el cadete de Liga Gallega cuando todavía era infantil, así que decidí venirme», recuerda un chaval con dificultades para desplazarse por su cuenta porque sus padres regentan un bar en O Vicedo, el Casa Fanego. 

Lucas, en su etapa alevín en el CD Lugo, en el 2017.
Lucas, en su etapa alevín en el CD Lugo, en el 2017. JAVIER FERREIRO | LÍDER

Con los pies en la tierra

Su nuevo desafío será aprovechar la ocasión que el Celta de Vigo le brinda a partir de la próxima temporada. Tendrá ficha con el equipo juvenil, pero, desde la humildad y el trabajo, se muestra dispuesto a seguir progresando: «Me queda un año como jugador juvenil y tendré ficha con el equipo juvenil. Tengo muchísima ilusión y voy a trabajar todo lo posible para llegar más arriba. Sé que con trabajo es posible, todo depende de mi rendimiento, pero si me dejo llevar por el ego y se me suben los humos voy a tenerlo imposible». Su incesante eslalon lo ha conducido por el momento a una entidad olívica donde espera seguir mostrando su talento y constancia.