Ana Castro Liz, sexóloga: «Hemos avanzado en igualdad, pero sigue habiendo premisas machistas»

CANDELA F. ROLDÁN LUGO/ LA VOZ

LUGO

La sexóloga Ana Castro Liz impartirá este miércoles una charla sobre la Antigua Roma.
La sexóloga Ana Castro Liz impartirá este miércoles una charla sobre la Antigua Roma. Carlos Castro

La experta en terapia de pareja impartirá una conferencia sobre el sexo en la Antigua Roma este miércoles en O Vello Cárcere

28 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La sexóloga lucense Ana Castro Liz impartirá este miércoles la conferencia «Prostitución, sexo y vida matrimonial en la Antigua Roma» para echar la vista atrás y desechar todos los mitos sexuales que tenemos con respecto a ese tiempo. A su vez, hará una reflexión sobre el legado y los tabúes sexuales que todavía perviven en la actualidad.

—¿Cómo era el comportamiento afectivo-sexual de los romanos?

—Pues desde luego que no es como nos lo pintan en las películas. Tenían fama de promover la perversión, y eso en parte es cierto, porque tenemos un gran legado de esculturas, pinturas y demás objetos que lo demuestran, pero la historia dice mucho más de sus relaciones. Eran instruídos en el mundo del sexo desde pequeños, y estaba más normalizado para ellos, pero de una forma más instintiva que afectivo-romántica.

—¿De qué forma era concebido el sexo para los romanos?

—En la Antigua Roma, el sexo era visto como un derecho de los hombres, que se asociaba con la dominación. Ellos podían hacerlo con quien quisieran y cuando deseasen, mientras que las mujeres debían respetar la virginidad hasta el matrimonio. La sexualidad era concebida como una muestra de prosperidad para el Estado, pero siempre desde una perspectiva machista que se olvidaba del placer femenino.

—Y las mujeres, ¿cuál era su papel en todo esto?

—La sexualidad para ellas era mucho más reducida, porque además de tener que esperar hasta el matrimonio, la única finalidad era la reproductiva. Las únicas mujeres que eran bien vistas socialmente eran las casadas y las vírgenes, pero las esclavas, las extranjeras o las prostitutas ni siquiera eran consideradas mujeres. No se trata solamente de violencia sexual, sino de una violencia de clases sociales.

—Y en actualidad, ¿hemos avanzado en educación sexual?

—No mucho, por desgracia. Hemos avanzado en igualdad, y seguimos luchando, pero seguimos teniendo marcadas muchas de esas premisas machistas en el ámbito sexual. Hablamos de relaciones sexuales, pero de una forma muy superficial, incluso jactándonos de ellas, como si no fuese un tema como otro cualquiera. Todavía perviven muchas falsas creencias y tabúes.

—¿Como cuáles?

—El comportamiento sexual está marcado por la dominación. Pensamos que se trata de un poder, y que, por lo tanto, debemos ejercer fuerza sobre otra persona. Y esto es algo que debemos erradicar.