El lobo se comió al poni de doña Úrsula Von Der Leyen

Luis Eusebio Fidalgo

LUGO

Ejemplar de lobo ibérico
Ejemplar de lobo ibérico Ministerio para la Transición Ecológica

El incremento de lobos en zonas humanizadas es un gran reto de coexistencia

24 mar 2023 . Actualizado a las 18:58 h.

En septiembre se publicó una noticia sorprendente. El poni, llamado Dolly, había sido devorado por el ataque de un lobo cuando pastaba junto a otro poni en el norte de Alemania, ambos propiedad de la familia Von Der Leyen. «Toda la familia está extremadamente perturbada por la noticia», declaró entonces el portavoz de la presidenta de la Comisión.

Estamos ante una especie protegida por la Directiva de Hábitats de la UE (Anexo IV), el Convenio de Berna y CITES (excepto algunas poblaciones estonias, entre las que se encuentran las españolas al norte del Duero).

El incremento de lobos en zonas humanizadas es un gran reto de coexistencia y, aunque estas noticias no se difunden mucho en nuestro país, el pasado mes de noviembre el Parlamento Europeo votó una resolución conjunta sobre la protección de la ganadería y los grandes carnívoros pidiendo a la Comisión que reconsidere los niveles de protección y mantenga, en los casos necesarios, la actividad cinegética como método de control del lobo ibérico y otros grandes carnívoros.

La votación del Parlamento ha logrado que la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, encargara un «análisis en profundidad» sobre el aumento de las poblaciones de lobos en la Unión Europea que permita un examen «exhaustivo» sobre la necesidad de la protección estricta de esta especie. Me imagino también, que la tragedia del poni Dolly ha ayudado al despertar de la Sra. Von Der Leyen y tal vez también al debate del tema en el parlamento, ¡que sea en buena hora!.

Desde nuestra condición de simples ciudadanos conocedores de las angustias que ocasionan los ataques de lobo, tal vez aflorando el atávico miedo ancestral que nuestra especie sufre ante esas situaciones desde el neolítico, entendemos perfectamente la perturbación de la familia de doña Úrsula al sentir de cerca y en sus propios intereses los efectos del predador.

Pues bien, aquí en España, todos los días, sí todos los días, varias familias sufren los rigores del lobo con la diferencia de que estas familias no tienen la envidiable situación económica y social de la familia Von Der Leyen, ni se manifiestan a través del portavoz de ninguna respetable institución, estas familias de ganaderos que se aferran al campo de nuestra España vaciada (como les gusta decir a los políticos) sufren en silencio la misma «consternación» que la familia de doña Úrsula, agravada por el hecho de que el animal perdido era el pan de su mesa y ellos, nuestros ganaderos, que poseen tanta dignidad y merecen tanto respeto como cualquier dignatario, están cada vez más abandonados, olvidados, desesperados y sin las posibilidades de defenderse que tiene la Presidenta de la Comisión Europea y exministra del gobierno de Alemania.

Por cierto, en los mentideros de Bruselas se dice que el lobo que atacó al poni Dolly no atacará nunca más, no sabemos si eso es o no cierto, o si dicho lobo se volvió vegetariano, o se domesticó como el de los santos Francisco y Froilán, cada uno que piense lo que su buen criterio y razonamiento le indique… seguro que acertará.