Piden ocho años de cárcel para un hombre que abusó sexualmente de dos menores trans: «Se desnudó y se metió en la cama con nosotras»

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO

El acusado de abusar sexualmente de dos menores fugadas del centro de Santo Anxo de Rábade, en el centro, frente al tribunal de la Audiencia Provincial de Lugo.
El acusado de abusar sexualmente de dos menores fugadas del centro de Santo Anxo de Rábade, en el centro, frente al tribunal de la Audiencia Provincial de Lugo. a. siso

Las víctimas, que tenían 14 y 15 años por entonces, son ahora varones tras su transición. El acusado negó los hechos y dijo que sufría de un grave alcoholismo

16 feb 2023 . Actualizado a las 17:34 h.

Un hombre residente en la ciudad de Lugo, de unos 40 años, se sentó este jueves en el banquillo de la Audiencia Provincial, acusado de dos delitos de abuso sexual a menor de 16 años. Según la Fiscalía, se desnudó y trató de realizarles tocamientos a dos chicas, de 14 y 15 años entonces. Las víctimas, tras el suceso, se cambiaron de sexo y este jueves declararon ante el tribunal siendo varones a todos los efectos. 

En el año 2018, cuando se habrían producido los hechos, las víctimas residían en el centro de menores de Santo Anxo de Rábade. Aquel fin de semana, se habían marchado del centro con destino a Lugo, como hacían habitualmente. Ambos se conocieron allí y se hicieron amigos, llegando incluso a establecer una relación de pareja.

Los hechos por los que la Fiscalía pide ocho años de prisión para el acusado ocurrieron en la última semana del mes de octubre del 2018. Entonces, tanto los denunciantes como él se encontraban en la estación de autobuses de Lugo, donde solían reunirse. No era la primera vez que coincidían.

La Fiscalía lo acusa de tratar de abusar de ellas

Según el escrito de acusación, las víctimas necesitaban un lugar donde ducharse y dormir. El acusado les ofreció ir a la pensión donde él residía, en el barrio de San Roque, y los tres emprendieron la marcha. 

Una vez llegaron al piso, una de las víctimas fue a ducharse. Entonces, trató de entrar al baño, pero él lo echó. Después, cuando los dos menores se metieron en la cama, él se introdujo con ellos, desnudándose y pegándose a ellos para realizarles tocamientos a ellos y a sí mismo. Los jóvenes huyeron de la pensión tras negarse a mantener relaciones con él. El acusado los persiguió, según la Fiscalía, pero no dio con ellos, que se marcharon de Lugo horas después.

«Como las veía beber y fumar, pensé que serían mayores»

El acusado, que tiene ahora unos 40 años, se negó a responder a las preguntas de la fiscal este jueves. Se limitó a contestar a su abogada, ante la que alegó que, en aquella época, era «alcohólico», y que bebía «25 cervezas, dos botellas de vodka y otras dos de vino cada día», además de «fumar porros». 

«Las invité a ducharse en mi piso porque no tenían casa en Lugo. Luego, las escuché riéndose en el baño y fui a mirar, pero nada más. Luego salieron y se pusieron a fumar porros. Estuvimos allí unos 40 minutos y luego nos fuimos de vuelta a la estación», afirmó el acusado, que negó haber abusado sexualmente de los chicos —mujeres entonces—.

«Yo no sabía qué edad tenían y nunca pregunté. Eran amigas de otro de los chicos con los que estábamos en la estación. Las había visto allí unas cuantas veces, pero tampoco tenía relación con ellas. Como eran sus amigas y las veía beber y fumar, pensé que serían mayores», alegó el procesado al final de su declaración.

Las víctimas dicen que se desnudó y se restregó contra ellas

Los dos jóvenes dieron una versión casi opuesta. Ambos, que testificaron sin un biombo que los separase de su supuesto abusador, como es habitual en estos casos, coincidieron en que el procesado trató de mantener relaciones con ellos.

«Estábamos fugados de Santo Anxo y lo conocimos en la estación. Dijimos que no teníamos dónde dormir o dónde ducharnos y él nos ofreció su piso. A mí me daba mala espina y le dije a mi amigo que no era buena idea, pero él me dijo que nos fiásemos», explicó el primero de los denunciantes.

Una vez allí, el joven, que ahora es ya mayor de edad, explicó que «yo no me duché, pero mi amigo sí». Añadió, además, que «este hombre se metió dos veces en el baño y yo le dije que se fuera». Después, cuando se tumbaron en la cama, su amigo se puso un pijama que le había dejado el acusado y se pusieron a dormir. «El señor estaba en el suelo, pero se subió a la cama después de un rato. Se desnudó y empezó a rozarse conmigo, juntándose a mí por mi espalda con su miembro», contó la víctima. «Luego, empezó a meterme mano por el culo y por el pecho. Me asusté y le dije a mi amigo que nos teníamos que ir inmediatamente», afirmó.

Tras irse del piso, el hombre los siguió hasta la estación de autobuses, según contaron. «Cogimos un autobús a Ourense y nos entregamos a la mañana siguiente para que nos llevasen de vuelta al centro. Allí, los educadores se enteraron de lo que había pasado porque le escribí una carta a una amiga contándoselo todo y se la pasé por debajo de la puerta. Al leerla, descubrieron todo», explicó el joven. «No queríamos denunciar porque pensamos que podían hacernos algo si volvíamos a la estación de autobuses de Lugo», terminó.

«De aquella, no sabíamos ni lo que era una violación»

La otra supuesta víctima corroboró su versión. En su turno de palabra, explicó que su amigo y él, entonces, eran pareja. «Me fie del señor. No teníamos dónde dormir y yo quería ducharme. Mi amigo me dijo que no era buena idea, pero yo insistí. Además, de aquella éramos novias, y con 14 o 15 años nunca tienes la oportunidad de dormir con tu pareja o de tener una cama para vosotras... Pensé que no pasaría nada», afirmó.

De hecho, explicó que, una vez ya se había duchado y se metieron en la cama, «nos estábamos liando cuando él se subió con nosotras y se despelotó», afirmó, «y se empezó a restregar a nosotras», añadió.

«Claro que sabía que éramos menores de edad. Sabía que estábamos fugadas del centro y, además, es que era obvio. Yo con 14 años era muy baja, y aparentaba incluso menos», alegó el chico, que compareció acompañado de trabajadores sociales de Santo Anxo.

Esta presunta víctima incidió en la ignorancia de dos personas de tan corta edad en términos de sexualidad. «De aquella, no sabíamos ni lo que era una violación. No teníamos ni idea de qué significaba lo que estaba pasando. Tenía 14 años y no sabía la importancia que tenía, pero ahora lo pienso... Y madre mía», relató.

Tiempo después, denunciaron. Desde entonces, ambos jóvenes cambiaron su sexo registral y, ahora, son varones a todos los efectos. «Pasamos mucho miedo, porque nos dimos cuenta de que no sabíamos como huir de una situación así», concluyeron ambos.

La Fiscalía pide ocho años de prisión para el acusado por dos delitos de abuso sexual a menores de 16 años. Además, solicita una indemnización de 3.000 euros para cada una de las víctimas, y una orden de alejamiento de 10 años, igual que una medida de libertad vigilada.